Detenida una pareja en Madrid por comprar en Internet con datos de sus vecinos
Se trata de dos ejecutivos que hacían 'carding' porque suponía un reto para ellos
La Policía Nacional ha detenido en Madrid a una pareja de ejecutivos que utilizaba los datos financieros de sus vecinos para comprar en Internet. En total, han sido denunciadas 21 operaciones fraudulentas en la Red realizadas desde el mes de abril hasta agosto que ascendieron hasta 3.600 euros, informó hoy la Policía. La Policía les acusa ahora de fraude, descubrimiento y revelación de secretos. Este delito de utilización virtual fraudulenta de tarjetas de crédito es conocido como "carding".
Los estafadores, que se hacían con los datos de sus vecinos a través de la correspondencia que les llegaba al inmueble, ocupaban puestos destacados en sus empresas, se encontraban en una posición económica cómoda y realizaban las operaciones como un "reto", según la nota.
En el registro efectuado en la vivienda de la pareja, han sido recuperados todos los efectos junto con abundante documentación incriminatoria, entre la que se encontraban documentos bancarios de numerosos vecinos y evidencias digitales de DNI de terceros, todo ello utilizado en sus compras.
Compras virtuales fraudulentas
La compra de productos en comercios electrónicos utilizando como medio de pago las tarjetas de crédito o débito es cada día una práctica más habitual. Las personas que utilizan este medio de compra deben cumplimentar un formulario que aparece en su pantalla, en el cual introducen los datos del comprador, destinatario y mercancía que desea adquirir. La forma de pago de estos productos puede hacerse mediante reembolso o bien con tarjeta de crédito.
Si se opta por esta última modalidad, debe introducirse el número de la tarjeta de crédito a la que se va a cargar el importe de la compra. Los comercios utilizan una entidad bancaria, denominada pasarela, para la validación de la tarjeta cuyo número se ha introducido y para el trapaso de la cantidad correspondiente a la compra. Una vez que es aceptada la validación, que únicamente consiste en comprobar su caducidad y saldo disponible, se formaliza la compra.
Al no contrastarse que la persona que está utilizando la tarjeta es el verdadero titular, las tarjetas pueden ser utilizadas por personas que incluso no las tengan en su poder, como ha ocurrido en esta ocasión. Practica que es denominada en el argot internauta como "carding".




