Nueva York, paralizada por una huelga de transportes
El Metro y las líneas de autobús no funcionan
La imagen de las calles de Nueva York hoy eran muy parecidas a las de un domingo por la mañana, con apenas coches circulando por las avenidas, silencio en la Grand Central Station y bicicletas y monopatines surcando los puentes. La huelga de transportes públicos, cuyo coste se ha calculado en 400 millones de dólares diarios, amenaza con sumir a la 'Gran Manzana' en el caos circulatorio.
Unos siete millones de personas se han visto obligadas esta mañana a buscarse medios alternativos para acceder a sus puestos de trabajo en Nueva York tras la decisión del sindicato de trabajadores del transporte de Nueva York de convocar una huelga tras no llegar a un acuerdo con la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA).
Se han activado los planes de emergencia para la ciudad, limitándose el tránsito de vehículos con menos de cuatro personas en su interior y no permitiendo la circulación a los vehículos comerciales entre las 5.00 y las 11.00 horas.
El alcalde Michael Bloomberg ha autorizado a los taxis a operar con más de un usuario por trayecto, mientras que las fuerzas de seguridad controlan que la circulación en determinadas arterias viarias de la ciudad no se congestionen para garantizar el paso de ambulancias, coches de bomberos y policía en el caso de que fuera necesario.
Teletrabajo y autobuses fletados
Algunas compañías de la ciudad han autorizado a sus empleados a llegar tarde a sus puestos de trabajo, mientras que en otros casos esta autorización ha permitido a muchos trabajadores realizar sus labores desde su hogar evitando los contratiempos de la huelga. Otras empresas han fletado autobuses para transportar a sus trabajadores.
La situación se ha agravado al tratarse de plena temporada navideña, con miles de turistas en las calles y otros tantos tratando de hacer las últimas compras.
Huelga ilegal
La última huelga municipal de trenes y autobuses fue en 1980 y duró 11 días. Sin embargo, es ilegal que los trabajadores del transporte se vayan a la huelga en Nueva York, por lo que se espera que los 33.000 miembros del sindicato se enfrenten fuertes sanciones económicas.
De hecho, poco después del anuncio de los paros, los abogados de la empresa de transportes y del ayuntamiento prepararon una petición judicial para que se declare a los trabajadores en desobediencia civil por convocar una huelga ilegal.
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Entrevista con Joaquina Núñez, española que vive en Nueva York y que trabaja en el Instituto Cervantes, en La Ventana




