Reconciliación 'política' de Sarkozy y su esposa Cecilia
La noticia aparece hoy en varios diarios, incluido 'Le Monde'
Hace una semana, los ocho millones de espectadores del telediario estrella de la televisión francesa no dejaron escapar el detalle: Nicolás Sarkozy, que hablaba del vandálico asalto a un tren en Año Nuevo, volvía a lucir su alianza de casado. "Cecilia ha vuelto", se rumoreaba insistentemente en los mentideros políticos de París.
La confirmación de la reconciliación vino ayer de la propia pareja mediante uno de sus estudiados gestos: el ministro del Interior aparecía junto a su todavía esposa en la terraza de un bar-restaurante próximo a la zona de los ministerios muy frecuentado por políticos y periodistas. La noticia, confirmada, aparece hoy en diarios tan serios como `Le Monde?, dada sus repercusiones en la carrera hacia el Palacio del Elíseo.
Según desvela el semanario VSD, tanto Cecilia como Sarkozy habían pasado las fiestas con sus respectivas nuevas parejas. Ella en Miami, él en Isla Mauricio. Sin embargo, el día 2 de enero, un coche oficial esperaba a Cecilia en un aeropuerto de París para llevarla a los aposentos ministeriales. El motivo del regreso: el hijo común de ambos, Louis, que llevaba muy mal la separación y la negativa rotunda de Sarkozy a que se fuera a vivir a Nueva York, donde su esposa se había casi instalado junto a su nuevo compañero, el publicista Richard Attias.
Su relación, seis meses antes, había provocado la separación: un duro golpe moral y político para el titular de Interior y principal aspirante a sustituir a Jacques Chirac. Su esposa Cecilia era también su mejor colaboradora y juntos eran una pareja temible.
De momento, sin embargo, la reconciliación parece sólo sentimental. Cecilia no volverá a ocupar los cargos que mantenía al lado de su esposo que, en cualquier caso, ganará estabilidad en un año decisivo en sus posibilidades de cara a las elecciones presidenciales de 2007.




