El Supremo confirma la pena de 40 años de cárcel para el patrón de una patera que naufragó
En el siniestro murieron 37 personas
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 40 años de cárcel que le fue impuesta a un inmigrante marroquí por conducir una patera "en unas condiciones de enorme riesgo", que provocaron que 37 personas perdieran la vida al naufragar la embarcación en aguas del Estrecho.
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Así lo acuerda la Sala de lo Penal en una sentencia que lo condena a dicha pena por un delito contra los derechos de los trabajadores extranjeros y 37 delitos de homicidio por imprudencia grave. En ella, el tribunal considera probado que la noche del 24 de octubre de 2003 salió la embarcación desde la costa norteafricana ocupada por más de cuarenta personas que habían pagado unos 20.000 dirhams por el viaje y que habían pasado varios días recluidos en una casa de Tánger a la espera de que se organizase.
La patera carecía de salvavidas, flotadores o cualquier elemento de seguridad, y estaba tripulada por dos patrones, el condenado y otro de identidad desconocida. Los pasajeros fueron introducidos en la embarcación y se les colocó "uno junto a otro, totalmente pegados indicándoseles que debían permanecer sin hablar, sentados y agachados".
Debido a las reducidas dimensiones de la embarcación, la escasa potencia del motor y el "desproporcionado" número de pasajeros, la navegación "se realizaba penosamente y en condiciones de evidente riesgo (...), máxime cuando un tiempo después empezaron a empeorar las condiciones meteorológicas, lo que obligaba a achicar el agua con cubos pequeños para evitar el hundimiento".
Tras toda la noche de trayecto, el día siguiente el estado del viento y el mar empeoró notablemente. Por la tarde, el primer oficial de un buque fondeado en la Bahía de Cádiz vio la embarcación y, "ante la situación de evidente riesgo", telefoneó al Centro de Cádiz de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima para alertar de la situación. Cuando la patera se encontraba a unos 50 metros del buque, éste intentó proteger a la embarcación del viento y las olas y el capitán dispuso los equipos de rescate. Sin embargo, los patrones de la embarcación no cambiaron el rumbo ni aceptaron que se les auxiliase, "pese a lo comprometido de la situación, sin tomar en consideración el evidente riesgo para la vida de quienes viajaban" en la nave.
Así, la patera pasó de largo por la popa del buque rumbo hacia Rota. Veinte minutos después una ola la hizo volcar, quedando bocabajo y haciendo volcar a sus ocupantes. Algunos lograron subir de nuevo a la embarcación, pero otra ola los volvió a arrojar al mar. Murieron 37 personas de las que han podido ser identificadas 24. El condenado sobrevivió, alcanzó la costa y fue detenido la mañana de 28 de octubre en el Puerto de Algeciras cuando intentaba montar en algún barco y huir hacia Marruecos.