El Atlético lava su imagen y vence al Dépor (3-2)

Ibagaza puso el talento que siempre se espera de un futbolista como él y Maxi, los goles que prometía su etapa en el Espanyol

Debut de Pepe Murcia en el banquillo del Calderón y primer partido de Joaquín Caparrós sin Valerón. Murcia, al ataque, porque está convencido de que es la mejor forma de enderezar la causa Atlética. Y Caparrós, a contener, con Duscher, De Guzmán y Héctor en el centro del campo, porque también cree que no hay mejor manera de lograr buenos resultados.

Un choque entre dos filosofías bien distintas que se decantó, al inicio, de lado atlético. Con Ibagaza muy inspirado ejerciendo de surtidor, Torres llegó dos veces por la derecha con mucho peligro en apenas dos minutos. Y Petrov tampoco estaba teniendo demasiadas dificultades para entrar por su banda. Buenas vibraciones. La apuesta de Murcia prometía y, a pesar del intenso frío, la afición agradeció la apuesta del nuevo entrenador atlético.

El prometedor arranque fue perdiendo intensidad a medida que el Deportivo crecía y ponía más empeño en su trabajo de contención, algo para lo que está sobradamente preparado; seguía empujando y llegando el Atlético, aunque sus jugadas terminaban al borde del área deportivista y las faltas no producían situaciones de peligro.

Hasta que apareció de nuevo Ibagaza. El "Caño" se adentró por la derecha, se aproximó, buscó los desmarques y sacó un centro que Petrov desaprovechó, pero que Maxi, atento, supo como remachar a gol atravesando el muro de defensas reunidos en torno a Molina.

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Se animó el Atleti. Y quería más. Y forzaron saques de esquina. Y Torres tuvo su ocasión. Y Kezman. Y Petrov de falta. Pero Molina, ex atlético como Coloccini, Juanma y Capdevilla, se mostró muy seguro, fantástico en alguna de sus intervenciones.

Nervios hasta el final

Salieron Arizmendi, otro ex Atlético, y Rubén, por Sergio y Tristán. Apuesta arriesgada de Caparrós (tratándose de dos pesos pesados del equipo) pero que le dio resultado enseguida: No habían transcurrido más de dos minutos de la segunda mitad cuando llegó el gol tonto de la noche en una falta sacada por Rubén que ningún defensa atlético supo atajar, incluido Leo Franco.

Lejos de instalarse de nuevo en el desánimo de las remontadas inexplicables, en contra, el Atlético continuó adelante con lo planeado, esto es, ir a por el partido. Y lo que casi nunca ocurría, aconteció; un latigazo lleno de talento de Antonio López llevó el balón a la escuadra de Molina en un exquisito lanzamiento directo de falta.

Pero el Depor, que no es un equipo fácil de batir y que tampoco quería levantar la bandera blanca, encontró en otra jugada a balón parado una oportunidad que no dejó pasar Capdevilla. Y vuelta a empezar.

Sin embargo, esta vez, le fe pudo más que la depresión y Maxi, a pase de Petrov, remató de espuela un golazo que sentenciaba el partido y le daba la victoria al Atletico, que no ganaba en el calderón desde el pasado 27 de octubre. Tiempo para soñar.