Casi el 50% de los inmigrantes vive subarrendado y el 19% hacinado
El alto precio, los 'papeles' y la xenofobia son los principales obstáculos de acceso a una vivienda
Un 47,2 por ciento de los inmigrantes que viven en España lo hacen en régimen de subarriendo (habitación con derecho a cocina y baño) y un 19 por ciento está hacinado. Así se refleja en el estudio "Inmigración y vivienda en España", presentado hoy por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y elaborado por el Colectivo IOE.
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Los inmigrantes (2,8 millones de personas, según el padrón de 2005) ocupan en España unas 653.000 viviendas, según explicó uno de los autores del estudio, Carlos Pereda. Como media, en una vivienda subarrendada conviven tres hogares (que bien pueden estar formados por una sola persona, por una pareja, por un matrimonio con hijos). El gasto medio del subarriendo es de algo más de 200 euros. Además, un 19 por ciento de los inmigrantes está hacinado al contar con menos de 10 metros cuadrados en la vivienda.
A juicio de los responsables del estudio, es más llamativo que un 1,7 por ciento de estos extranjeros, unas 50.000 personas, residan en España de forma gratuita, con familiares o amigos. Porque, además, ésta es la fórmula utilizada por más de un tercio al llegar al país, para posteriormente pasar al subarriendo y luego al alquiler o la propiedad.
Se señalan tres barreras fundamentales que dificultan el acceso a los inmigrantes a la vivienda: el precio, la carencia de una situación administrativa legal (la mitad de los consultados eran irregulares pero en periodo anterior al proceso de normalización), y la actitud xenófoba especialmente con los originarios de países islámicos.
En cuanto a la creación de 'guetos' en las zonas urbanas, los autores del estudio concluyen que "existe segregación espacial, sobre todo en las grandes ciudades, aún cuando ello no siempre se manifieste en la aparición de zonas especialmente diferenciadas de la población nativa".
El informe se basa en el Censo de 2001, padrones de población e indicadores del mercado de la vivienda, así como una encuesta a 900 inmigrantes en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana entre finales de 2004 y principios de 2005.
