El conductor que atropelló a los hermanos Ochoa dice que el ciclista invadió el carril
Málaga
Sebastián Fernández atropelló a los hermanos Ochoa cuando los ciclistas del Kelme se entrenaban por las carreteras malagueñas.
El accidente en el que murió el ciclista del Kelme Ricardo Ochoa y resultó muy grave su hermano Javier, del mismo equipo, se produjo cuando "el que iba por el lado izquierdo invadió repentinamente" su carril, aseguró hoy ante el juez el conductor que colisionó contra ellos el 15 de febrero de 2001.
Sebastián Fernández, que en aquella época era director de
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Deportes de la Universidad de Málaga, explicó que como consecuencia del impacto, el ciclista cayó encima del capó de su vehículo y la bicicleta salió despedida, por lo que intentó frenar poco a poco, sujetando el cuerpo del deportista "para que no saliera despedido".
"Parte de su espalda entró por mi ventanilla", añadió el acusado, que recuerda que todo ocurrió "muy rápido" y no sabe qué le pudo pasar al deportista, "si vio una piedra o qué".
Fernández, para quien el fiscal pide que sea condenado por una falta de homicidio por imprudencia leve y otra de lesiones por imprudencia leve a pagar una multa de veinte euros por día por cada una de ellas y a la privación del permiso de conducir durante ocho meses, declaró en la primera sesión del juicio, que comenzó hoy en la Audiencia Provincial de Málaga.
La Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP), el grupo deportivo Kelme y la familia Ochoa, que ejercen por separado la acusación particular, piden que Fernández sea condenado por un delito de homicidio imprudente y otro de lesiones imprudente.
Según el testimonio del procesado, los ciclistas iban en paralelo y "no tiene certeza" de si la persona con la que impactó fue Javier o Ricardo, "pese a que todos los días pienso en el caso".
Añadió que él cree que sólo impactó con uno de los ciclistas y que no sabe qué ocurrió con el otro "que puede ser que se golpeara con alguna pieza de la bici siniestrada".
Fernández mantiene que fue uno de los ciclistas quien invadió el carril cuando se encontraba a un metro aproximadamente y que en todo el recorrido ni recibió ni hizo llamada de teléfono alguna, y que en el momento de producirse el accidente no fumaba y estaba atento a la circulación, que era muy escasa.
Respecto a la velocidad a la que iba, no la pudo precisar con exactitud, ya que no miró el velocímetro, "aunque iba a una velocidad muy prudente", que calculó que rondaba los 60 kilómetros por hora "e iba en tercera".
Sebastián Fernández atropelló con su vehículo a los hermanos Ochoa cuando los ciclistas del Kelme se entrenaban por las carreteras malagueñas, en el término municipal de Cártama en la carretera que une la localidad de Campillos y la capital y como resultado del accidente, Ricardo falleció en el acto, mientras que su hermano Javier resultó muy grave.
Comunicado
En el juzgado también se encontraba hoy Javier Ochoa que tiene que declarar en calidad de testigo y que entregó un comunicado a través de un familiar en el que se aseguraba que está "hundido en la muerte ''pero vivo tras vivir un calvario tanto físico como mental''. Respeto a su estado físico y psíquico, "pasando verdaderos calvarios" y con "limitaciones de sus secuelas que como cualquier joven quiere ocultar bien sean estéticas, físicas y psíquicas", y apostilla en el escrito que éstas últimas "son las peores".
Además se añade que sus objetivos son "luchar sin tirar la toalla y asumir los problemas que se enfrentan todos los incapacitados, mirando con rabia al presente, pensando en su pasado".
El escrito, firmado por Javier Ochoa, concluye que luchará "por lograr lo máximo en el que fue su deporte, pero en deporte adaptado y conseguir el respeto que merecen, de los demás, para él y sus nuevos compañeros todos los incapacitados".
El juicio se celebra en la Sala de Jurado de la Audiencia Provincial de Málaga pero el juzgado encargado de celebrar el juicio es el de lo Penal número 8 de y está previsto que la vista oral dure al menos hasta el día 24.