La policía destapa un fraude de multipropiedad con 15.000 afectados
Detenidas ocho personas en la Costa del Sol
La Policía ha detenido en Málaga a los ocho responsables de un grupo organizado de un fraude multimillonario en la reventa de multipropiedad con el que lograron beneficios de unos 18 millones de euros. De la perversidad de la estafa -que afecta a más de 15.000 personas- da idea el hecho de que la banda constituyó un bufete de abogados que asesoraba a las víctimas una vez descubrían el engaño.
Según informó hoy la Dirección General de la Policía, en esta operación denominada "Trafalgar" ha quedado desmantelada la cúpula de esta red, que operaba desde la Costa del Sol y que desde el año 2000 utilizó a 300 empresas y a más de 1.000 personas para cometer sus fraudes. Las detenciones han tenido lugar en Fuengirola, Mijas y Coín.
Los timados: anglosajones y centroeuropeos
El fraude se inició hace seis años, cuando un grupo de personas provenientes de las Islas Canarias -originarios del Reino Unido, Sudáfrica, Bélgica y Noruega- se estableció en la Costa del Sol, Fuengirola y Mijas y comenzó a desarrollar una red de sociedades que vendían participaciones en multipropiedades. El fraude estaba fundamentalmente dirigido al mercado anglosajón y al centroeuropeo.
Tenían varias maneras de estafar a sus víctimas. Una de ellas consistía en pedirles transferencias de dinero a España, para pagar gastos notariales, gestión o impuestos. Otra forma de estafa consistía en vender el mismo producto vacacional a diferentes personas cuando no disponían de él. También, revendían la semana compartida a más de una persona. Hasta que no pasaba mucho tiempo y los propietarios veían que sus expectativas de venta no se cumplían, no se daban cuenta de la estafa.
Abogados de pega para mantener la estafa
Para mantener el engaño, la banda había constituido una sociedad de abogados que se dedicaba a asesorar a las víctimas una vez que se daban cuenta del engaño. El gabinete emprendía falsas acciones legales contra las empresas timadoras y, así, los clientes eran estafados otra vez.
Los ingresos generados por el fraude no se quedaban en España, ya que los principales implicados vivían de una forma relativamente sencilla, sin ningún tipo de ostentaciones y escasas propiedades, lo ha llevado a los investigadores a la conclusión de que sólo son un escalón más en la estructura desmantelada.




