Javier Rojo: "Hay que educar a los niños sin tanta máquina"

El presidente del Senado, Javier Rojo, es prudente con la era tecnológica que le rodea. Se confiesa enganchado al móvil, sobre todo por motivos profesionales, aunque recela del uso de las máquinas en la juventud. Rojo hace una llamada a una educación sin tecnología. Considera que están mermando las relaciones humanas.

El despacho de Javier Rojo (Pamplona, 1949) en el Senado no revela que sea un aficionado a la tecnología. Y así es. El presidente de la Cámara Baja española confiesa que ha visto un iPod, pero que "ni idea". Rojo se observa como de "otra generación" en asuntos tecnológicos. Lo tiene claro: "Nuestros hijos nos lo enseñan todo".

Eso sí, Javier Rojo no se encuentra desconectado. El presidente del Senado utiliza en su casa un ordenador de sobremesa desde hace una década. Aunque ahora, por motivos laborales, utilice también un portátil. "Tengo en general pocos cachivaches", asegura.

El teléfono móvil es el aparato que más utiliza. Mucho más de lo que debiera. Es la herramienta de la que más depende. "¿Cómo era nuestra vida anterior? Todo funcionaba y no pasaba nada. Es un instrumento de trabajo, pero no dependíamos de él, tanto como ahora", reflexiona.

Tampoco utiliza en exceso Internet. "No entro mucho", dice. El ex dirigente vasco del PSOE entra en la Red, sobre todo, para leer el correo electrónico en el trabajo.

Los peros de la tecnología

Javier Rojo se enciende un poco cuando reflexiona acerca de la educación de los niños en la era tecnológica. Defiende que a los niños hay que educarlos en la socialización, "sin tanta máquina". El político vasco desearía que fueran compatibles, pero que los niños no dependieran tanto de ellas a la hora de jugar. "Están mermando las relaciones humanas", concluye.