ANÁLISIS: Un discurso dirigido a la "España real"
Zapatero dedica el grueso de su intervención al problema del desempleo y a la lucha contra la inmigración ilegal
El discurso pronunciado por el presidente del Gobierno en la apertura del debate sobre el estado de la Nación ha estado guiado por lo que son las principales preocupaciones de los españoles según el último 'barómetro' del CIS: paro e inmigración. Por el contrario, los dos asuntos que han centrado el debate político en los últimos meses -los estatutos de autonomía y el fín de la violencia- tan sólo ha ocupado dos páginas de un dircurso de más de cuarenta.
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José Luis Rodríguez Zapatero ha dirigido sus palabras a lo que él mismo ha definido como la "España real". Por eso, ha dedicado la mayor parte de su intervención a la lucha contra el desempleo y a la mejora de las condiciones de vida y de la formación de nuestros jóvenes. Zapatero ha anunciado toda una batería de medidas para incrementar el empleo y facilitar el acceso de los jóvenes a un trabajo, mediante un esfuerzo en la formación de éstos y beneficios fiscales para incentivar el empleo estable de los jóvenes.
En cuanto a la inmigración ilegal, el presidente ha puesto el acento en el respeto al principio de legalidad y en la necesidad de la cooperación con los países de origen de los inmigrantes para atajar este problema. Eso sí, ha recordado que en 2006 ya se han producido 31.000 devoluciones de inmigrantes que han entrado ilegalmente en nuestro territorio y que el récord de inmigrantes ilegales llegados a España sigue siendo el del año 2003, cuando aún gobernaba Aznar.
En el capítulo de la seguridad ciudadana es en el que ha habido el único atisbo de autocrítica en este discurso, al reconocer que no está satisfecho con lo hecho en este terreno, ya que, a pesar de una ligera mejoría en cuanto a los índices de criminalidad, es necesario reforzar la seguridad de los españoles.
A lo largo de la hora y doce minutos de discurso, la ovación más larga ha correspondido a la breve referencia que el presidente ha hecho al proceso de paz. Por el contrario, las referencias de Zapatero a la inmigración han provocado las risas en los bancos del PP.