Ocio y cultura

Los aztecas se comían a los conquistadores españoles

Lo demuestran los huesos hervidos hallados por arqueólogos

Cientos de esqueletos encontrados en un yacimiento prehispánico descubierto recientemente en México, demuestran que los aztecas capturaron, sacrificaron y comieron parcialmente a cientos de personas que viajaban con las fuerzas conquistadoras españolas en 1520. Los cráneos y huesos encontrados en la zona de Tecuaque, cerca de Ciudad de México, revelan que sacerdotes aztecas arrancaron el corazón a unas 550 personas, que luego fueron desmembradas y hervidas.

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Según los expertos, el hallazgo revela que los aztecas capturaron a varios conquistadores españoles, así como a hombres, mujeres y niños nativos que viajaban en la caravana encabezada por Hernán Cortés. Los prisioneros fueron asesinados para vengar el asesinato de Cacamatzin, emperador de Texcoco, la segunda mayor ciudad del imperio Azteca.

Los expertos dicen que el descubrimiento también muestra que algunos nativos hicieron frente a los conquistadores antes de que éstos atacaran la capital azteca de Tenochtitlan, hoy Ciudad de México.

Los libros de historia señalan que la gran mayoría dio la bienvenida a los jinetes de piel blanca, pensando que eran dioses que volvían a sus tierras, pero se levantaron contra ellos cuando intentaron tomar la sede del poder, en un conflicto que se prolongó hasta 1521.

Aparentemente la caravana fue interceptada porque viajaba lentamente y estaba integrada por hombres y mujeres mulatos, mestizos, mayas y caribeños que les fueron entregados a los españoles como cargadores y cocineros cuando llegaron en 1519.

Las víctimas, encerradas en celdas durante semanas

Los prisioneros estuvieron en jaulas durante meses mientras que los sacerdotes aztecas seleccionaban a unos cuantos diariamente para sacrificarlos sacándoles el corazón en honor a sus dioses.

"Durante seis meses el sacrificio fue continuo. Mientras los prisioneros escuchaban como eran sacrificados sus compañeros, otros iban siendo seleccionados", dijo el arqueólogo Enrique Martínez, jefe de la excavación en la ciudad de Calpulalpan, cerca de la aún hoy llamada Texcoco.

Algunas veces los sacerdotes y los ancianos del pueblo, que realizaban los rituales en las escaleras de los templos, se comían los corazones ensangrentados o la carne de brazos y piernas que se desprendían de los huesos al hervirlos.

 
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