Desarticulada una banda dedicada a las estafas bancarias por Internet
Detenidas 23 personas de diferentes nacionalidades
La Policía Nacional ha desarticulado un grupo internacional dedicado a cometer estafas bancarias a través de internet y que había defraudado más de dos millones de euros, en una operación en la que han sido detenidas 23 personas, informó la Jefatura Superior de Policía de Cataluña.
La organización estaba compuesta por 23 personas de diferentes nacionalidades, -16 españoles, 2 italianos, 1 letón, 1 ruso, 1 ucraniano, 1 panameño y 1 uruguayo-, y para cometer sus estafas utilizaban un software malicioso (troyano) conocido como trojan.anserin.
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Una vez que se instalaba el programa en el ordenador de la víctima, obtenían sus claves y contraseñas de acceso a la banca on-line, realizando transferencias no consentidas a cuentas bancarias abiertas por los colaboradores de la red. El dinero obtenido era finalmente transferido a cuentas ubicadas en Rusia y Ucrania, donde residen los responsables de la organización.
El importe de lo defraudado asciende a más de dos millones de euros, si bien esta cantidad podría ser mucho mayor ya que la acción del troyano era a nivel mundial.
Uso de páginas pornográficas
El grupo desarticulado había registrado diversos dominios en Internet, de manera que cuando se accedía a los mismos se visualizaban páginas de contenido pornográfico, que contenían además el troyano. Las investigaciones realizadas permitieron constatar que, accediendo a estas web, se instalaba en los ordenadores de sus víctimas de manera inadvertida, un programa malicioso capaz de capturar las claves y contraseñas de acceso a los servicios de banca por Internet. Todas estas páginas eran administradas por una empresa ubicada en Rusia, a la que se relaciona con otras actividades delictivas.
Una vez que tenían en su poder las claves de acceso para operar, realizaban transferencias fraudulentas a cuentas bancarias de la organización, generalmente por la tarde o noche, ya que, de esta forma, la victima no se daría cuenta del fraude hasta el día siguiente.
Para ello el grupo contaba con colaboradores conocidos como "muleros", encargados de abrir cuentas donde recibir las transferencias de ilícitas dinero. Cuando la red realizaba una operación fraudulenta, alertaba al "mulero" para que acudiera al banco a primera hora de la mañana a retirar el dinero, descontando como comisión el 10% del total defraudado. El resto era enviado a los máximos responsables de la red en Rusia y Ucrania.