Todos los datos que las aerolíneas que vuelan a EEUU transmiten sin su consentimiento
Las aerolíneas se enfrentan al dilema entre cumplir con las exigencias de seguridad de Estados Unidos y respetar la legislación nacional
Madrid
El cruce de datos de los pasajeros entre las aerolíneas que conectan Europa con los Estados Unidos y las autoridades de ese país, una medida adoptada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, permite a éstas conocer la identificación de cada pasajero, además de su número de teléfono, su dirección de e-mail, e incluso los datos de su tarjeta de crédito. El Consejo de Justicia e Interior europeo tiene que pronunciarse mañana sobre si da o no su visto bueno al acuerdo que se está negociando en este momento con Estados Unidos sobre la transferencia de datos de pasajeros que llegan a ese país. Mientras, las autoridades de EE UU disponen cada día de una radiografía exhaustiva de los miles de viajeros que aterrizan en el país norteamericano.
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La densidad del flujo de datos, como recoge hoy el diario CincoDías alcanza prácticamente a todos los aspectos del vuelo: hasta 34 categorías. Entre ellas, el número de asiento que ocupará, la fecha de compra del billete, la agencia de viajes y el agente, el número de las maletas con las que viaja Lo cierto es que esta corriente es una obligación, no una opción, para cualquier compañía aérea que quiera enlazar con el territorio estadounidense.
El problema es que ese cruce, que ya bordeaba la legislación comunitaria de protección de datos, acaba de quedarse sin el único soporte legal que tenía, un acuerdo internacional entre la UE y Estados Unidos. El Tribunal de de Luxemburgo dictaminó la semana pasada que es necesario que la Unión llegue a un nuevo acuerdo, con una base jurídica más sólida.
Y mientras tanto, las aerolíneas se encontrarán entre la espada y la pared. Si no cumplen con las exigencias de EEUU, se arriesgan a perder el negocio. Y si lo hacen, a lo que se arriesgan es a incumplir la normativa de Protección de Datos de cada país.
De momento, y a la espera de un acuerdo satisfactorio dentro y fuera de la Unión, la única salida legal que les queda a las aerolíneas es exigirle a sus pasajeros que vuelen a los EEUU el consentimiento explícito para la cesión de la larga lista de datos personales.