Artistas españoles defienden ante la UE el canon por copia privada
La UE aboga por suprimir el canon sobre los soportes digitales
Bruselas
El director de cine Pedro Almodóvar, la actriz Penélope Cruz y los cantantes Víctor Manuel y Paloma San Basilio son algunos de los artistas españoles que apoyan la campaña liderada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) para impedir que la Comisión Europea elimine el canon, que actualmente se paga en once de los veinticinco Estados miembros, que grava el precio de los soportes digitales.
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Artistas y creadores europeos se dieron cita hoy en Bruselas para denunciar que sus ingresos se ven "amenazados" por la futura normativa comunitaria. En representación de los españoles acudieron Víctor Manuel y Paloma San Basilio, que ofrecieron una rueda de prensa junto a los directores de cine Bertrand Tavernier y los belgas Luc y Jean Pierre Dardenne, entre otros. En la sala se leyeron también las muestras de apoyo de Pedro Almodóvar, que excusó su ausencia al estar promocionando en Estados Unidos la película Volver , de Penélope Cruz y de la actriz Pilar Bardem.
"La compensación por copia privada es una importante fuente de ingresos para los artistas. Me preocupa que las reformas propuestas puedan amenazar esta fuente de remuneración", alega Almodóvar en su carta, en la que pide a la Unión Europea proteger los derechos de los autores y de la industria cultural "a la vista de que el sector creativo no atraviesa por su mejor momento".
"Si para los consumidores constituye una forma barata de acceso a la música y al cine, para nosotros, los autores, es una clara pérdida de ingresos", dijo, por su parte Víctor Manuel, que se quejó de que los autores han sido tachados ante la opinión pública de "ladrones y expoliadores" y de ser un "factor de entorpecimiento y ralentización de la Sociedad de la Información".
El cantante asturiano denunció también las empresas de radiodifusión y televisión, que usan imágenes y música, intentan simplemente pagar menos para reducir sus costes a expensas de los creadores de contenidos. "Hablamos de un canon que compensa a los autores, artistas y productores por la pérdida de ingresos que conlleva la realización de copias de obras musicales y audiovisuales en el ámbito doméstico", relató.
Paloma San Basilio puso la nota emotiva al recordar que lo que busca la gente es precisamente "emoción" cuando compra un disco o ve una película y que suprimir el actual canon es tanto como impedir que en el futuro haya más autores. "El artista pierde el control sobre su obra. Es una expropiación de sus derechos naturales", argumentó.
Como ejemplo de que quienes se lucrarían de esta posible decisión comunitaria serían los fabricantes y no los consumidores, San Basilio dijo que la venta de discos había pasado de los 79 millones de copias en 1991 a tan sólo 4 millones en 2004, mientras que la venta de soportes vírgenes fue de 313 millones hace dos años frente a los 71 de 1991.
Renunciar a sus derechos
Según datos de la SGAE, suprimir el actual canon que grava las copias privada le supondría a los autores unas pérdidas de 78 millones de euros al año, apenas un 10% de los ingresos totales de la Sociedad. A pesar de que no se trata de una cifra significativa, los creadores alegan que no están dispuestos a renunciar a ella porque se trata de un derecho de propiedad intelectual.
"Sería como si un trabajador renunciara a su derecho a tener vacaciones pagadas", ilustra el director de Relaciones Institucionales y Corporativas de la SGAE, Pedro Farré. En este momento, el canon que se paga es de 16 centímos de euro por hora de grabación. La SGAE calcula que la facturación del sector tecnológico por la venta de soportes, aparatos y dispositivos se eleva a 7.000 millones de euros al año y que lo que ingresa por copia privada no llega al 1% de su volumen de negocio.
Entre los argumentos que esgrimen para sostener su campaña citan también que, en los países donde no hay una tasa por copia privada -Reino Unido, Irlanda y Luxemburgo-, es "ilegal" hacer este tipo de copias.
No obstante, las tesis de los autores no logran convencer ni a la industria ni a los consumidores. El director general de la Asociación Europea de la Industria de las Tecnologías, Mark MacGann considera "injusta" la compensación que piden los autores y destacó que sigue confiando en que los consumidores y sus representantes políticos presionen para lograr "transparencia" en las prácticas de la sociedades colectivas y poner fin a los cánones por derechos de autor cuando los consumidores están ya pagando legalmente las copias privadas que hacen través de los derechos de gestión y otros sistemas de remuneración.
Por su parte, el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy no quiso responder a estas críticas y se limitó a señalar que en las próximas semanas presentará una propuesta sobre el canon.