El At.Madrid pierde 0-1 con el Levante en la ida de los 1/16 de la Copa

El Levante protagonizó la primera ''campanada'' de la Copa del Rey en la ronda de dieciseisavos de final, en la que se estrenan los equipos de Primera, con un sonoro triunfo en el estadio Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid (0-1) que le otorga serias opciones de sellar su pase mientras que el Celta, con un jugador menos en la segunda mitad, empató sin goles con el Alavés y aplazó su clasificación para la vuelta en Balaídos.

El equipo de Juan Ramón López Caro propició una de las sorpresas que solía deparar el torneo del KO en su anterior formato, con eliminatorias a un sólo partido y en casa del más ''humilde'', y retrató a un Atlético mediocre, en una de sus peores versiones de la temporada como también evindeció la grada, que no acompañó a su equipo.

Los de Javier Aguirre, con el equipo al completo -obligado por las lesiones-, sufren así su segunda derrota consecutiva en cuatro días y además de modo doloroso por la entidad del rival y la pobre versión futbolística ofrecida de nuevo en el Calderón, en el que los rojiblancos no dan la talla. Ya perdieron con el Valencia, y ganaron a un Sevilla con nueve en el tramo final, y al Recreativo con un gol discutible de Agüero.

El dibujo que presentó Aguirre no le funcionó. El mexicano se olvidó de inicio de las bandas y formó con tres jugadores en la medular, Luccin, Costinha y Maniche, que no le proporcionan al equipo clarividencia en ataque.

Torres y Agüero, ausentes

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Con este despropósito, y bajo un ambiente gélido en las gradas, mostrando su disconformidad con el nuevo formato copero, el Levante sí realizó su tarea. Los levantinistas se atrincheraron atrás, esperando ''cazar'' algó contragolpe por medio de Kapo, y sin tampoco ofrecer más argumentos ofensivos.

El Atlético no pudo o no supo derribar el muro porque Torres y Agüero tuvieron una aportación insignificante y Jurado, el que más entró en contacto con el balón, tampoco asistió con eficacia. Con ese panorama, el Atlético fue bajando revoluciones hasta convertirse en insípido e incluso permisivo, lo suficiente para que el Levante encontrara al final del camino los réditos que había venido a buscar, un gol ''milagroso'', obra de Nino a cuatro minutos del final consecuencia del despropósito de la zaga rojiblanca, que le sitúa con ventaja para eliminar a uno de los ''grandes''.

Por su parte, el Celta aplazó su clasificación para dentro de quince días en Mendizorroza después de empatar sin goles ante el Deportivo Alavés, aunque los vascos merecieron mejor suerte porque dominaron el partido y gozaron de las mejores ocasiones.

La expulsión del céltico Angel dejó a su equipo con uno menos a media hora del final y el Alavés se volcó para aprovechar la oportunidad, pero entonces Esteban emergió como ''salvador'' de su equipo para que sea Balaídos el escenario final donde se decida la eliminatoria.