La policía retoma el control de Oaxaca tras cinco meses de ocupación
Activistas pro derechos humanos han denunciado la muerte de cuatro manifestantes, dos de ellos menores de edad
Las fuerzas federales mexicanas han recuperado el control del centro y de varios edificios públicos de la ciudad sureña de Oaxaca, después de una larga e intensa operación llena de incertidumbre que ha puesto fin a cinco meses de ocupación de los maestros y otros sectores sociales. Por su parte, activistas pro Derechos Humanos han asegurado que al menos cuatro personas han muerto, dos ellas menores de edad, en los disturbios que están teniendo lugar en la ciudad tras la entrada de la Policía Federal Preventiva (PFP).
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Seis horas le ha costado a la Policía Federal Preventiva (PFP) concluir la misión de restablecer el orden que le encomendó el presidente del país, Vicente Fox, el sábado, un día después de una escalada de violencia que dejó cuatro muertos, entre ellos un periodista estadounidense. Al amanecer, centenares de efectivos antidisturbios de la PFP, con escudos, porras y proyectiles de gas lacrimógeno, se situaron en formación en varios puntos de los alrededores de la ciudad, frente a las decenas de barricadas que los manifestantes habían reforzado cuando se hizo pública la inminencia de la intervención.
Control de Radio Universidad
Bajo un sol de justicia, los uniformados y los defensores de las barricadas, muchos de ellos vecinos de barrios populares, han mantenido durante toda la mañana un pulso psicológico marcado por los vuelos constantes de helicópteros de la policía federal y las advertencias de los sectores alzados. Con pancartas como "No a la represión" o "No podemos con sus armas, ustedes no pueden con nuestras ideas" y consignas como "Oaxaca no es cuartel, fuera el Ejército de él" o "Los uniformados, también son explotados", los manifestantes demostraron pronto que no iban a dar su brazo a torcer tan fácilmente como habían anunciado.
Aunque reiteraron que su intención era dejar a la PFP que retirara los palos, neumáticos y camiones que bloqueaban las calles sin ofrecer resistencia, cuando los efectivos policiales iniciaron la acción, alrededor de las 13.00 horas locales, la cosa fue muy distinta. Al comprobar que los antidisturbios llegaban al Zócalo, algunos manifestantes, la mayoría jóvenes con los rostros tapados y palos, incendiaron algunos vehículos e hicieron uso de espejos para cegar con su reflejo a los contingentes policiales y a los pilotos de los helicópteros.
En medio de una densa humareda que daba al lugar la apariencia de una zona de guerra, los dirigentes de la APPO decidieron retirarse a la sede de Radio Universidad, la única que controlan para transmitir sus mensajes propagandísticos y organizarse, y que están en el sur de Oaxaca. Además de ese espacio, la PFP ha logrado el control de la Presidencia Municipal (Alcaldía), de la Casa de Gobierno (del estado de Oaxaca) y de otros edificios públicos.
Hoy puede ser un día clave, pues buena parte de los maestros han informado de que regresarán a clases, tras lograr un acuerdo con el gobierno federal, y la APPO ha dicho que hará varias manifestaciones para llevar adelante una nueva estrategia de "resistencia pacífica".
Aún queda pendiente la situación del gobernador del estado, Ulises Ruiz, al que los sectores levantados y parte de la ciudadanía oaxaqueña, exigen que abandone el cargo, por ser, según ellos, el responsable de la crisis social y política de una de las regiones más pobres e indígenas de México.