El 'narco' detenido hoy en Madrid tenía permiso de residencia
Con el nombre por el que era buscado por todo el mundo
La Guardia Civil ha detenido en Majadahonda (Madrid) al considerado como uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, Orlando Sabogal Zuluaga, lugarteniente del cártel colombiano "Norte del Valle", organización a la que se atribuyen más de mil asesinatos en ese país. Al menos cuatro de los delitos que se le imputan supondrán penas de más de mil años de cárcel. Además, según ha sabido la SER, entró en España en 2004 y tenía dos tarjetas de residencia, una con identidad falsa y la otra con el mismo nombre con el que estaba siendo buscado por todo el mundo.
Según informó hoy la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, el detenido, de 40 años y nacionalidad colombiana, era un hombre de confianza de Luis Hernando Gómez Bustamante, jefe del cártel "Norte del Valle", la organización de narcotraficantes más grande de Colombia.
A este cártel se le atribuye la distribución de entre el 30 y el 50 por ciento de la cocaína existente en el mundo y la introducción de más de 500 toneladas de clorhidrato de cocaína en Estados Unidos durante la última década, por valor de más de 10 billones de dólares.
Tarjetas de residencia
Entró en España en el 2004 y tenía dos tarjetas de residencia, una con identidad falsa y la otra con el mismo nombre por el que estaba siendo buscado por todo el mundo. Sin embargo las autoridades españolas no se percataron, y autorizaron su permiso de residencia.
Se movía por España con unas medidas de seguridad propias de alguien por quien se ofrecen 5 millones de dolares, cuatro escoltas y vivienda separada de su mujer y su hijo.
Numerosos delitos
Al detenido se le imputan numerosos delitos relacionados con el narcotráfico y el blanqueo de capitales y los investigadores consideran que, como lugarteniente del jefe del cártel "Norte del Valle", ha participado en buena parte de los asesinatos cometidos por esta organización.
Al menos cuatro de los delitos que se le imputan conllevan penas de hasta cadena perpetua y en Estados Unidos se ofrecía una recompensa de 5.000.000 de dólares (más de 5.828.864 euros) a la persona que ofreciese datos que pudiesen servir para su localización.
Según la Dirección General de la Policía y la Guardia Civil, los cabecillas del cártel ordenaban el asesinato de todo aquel que no saldaba sus deudas con la organización, así como de los que les ofrecían dudas en cuanto a su lealtad.




