La muerte tiene un precio: 2.000 euros
En algunas provincias, el 80 por ciento de los españoles contrata un seguro de defunción
Entre los gastos que conlleva un fallecimiento hay algunos que resultan imprescindibles, como el certificado médico de defunción o la inscripción del deceso en el Registro Civil. Si es necesario trasladar el cadáver a otra localidad distinta de donde se produzca la muerte, las empresas de servicios funerarios suelen ofrecer un servicio que incluye todas estas gestiones y que cuesta entorno a 200 o 300 euros.
El precio de un ataúd medio ronda los 1.800 euros, a lo que se suman 500 euros por la inhumación y la colocación de la lápida, y entre 50 y 120 por el alquiler del coche fúnebre. Si se opta por la incineración, el coste será de 30 euros por la urna y de entre 350 y 500 por la incineración en sí. Total, no menos de 2.000 euros, si no se tiene seguro.
Según explica Belén Castillo, de la Unión de Consumidores de Andalucía, en algunas provincias, en torno al ochenta por ciento de los españoles contrata junto a su seguro de hogar y de incendios
Además de estos gastos básicos, existen otras opciones, que incluyen oficio religioso, publicación de esquela y coronas de flores, en el caso de las más sencillas, pero que llegan al servicio de catering en el tanatorio o el maquillaje del cadáver, en las más lujosas.




