Palate, primera víctima mortal de ETA desde el 30 de mayo de 2003
Ecuatoriano de 35 años, vivía en Valencia
Madrid
El ecuatoriano asesinado por ETA en el atentado del sábado 30 de diciembre y cuyo cadáver ha sido encontrado esta tarde, Carlos Alonso Palate, de 35 años, era natural de San Luis de Picaihua, al suroeste de Ambato (Ecuador). La nueva víctima mortal de los etarras era soltero y tenía dos hermanos y una hermana que residen en el país suramericano.
Palate se ha convertido en la primera víctima mortal de la organización terrorista desde el 30 de mayo de 2003, día en el que fueron asesinados en Sangüesa (Navarra) los policías nacionales Julián Embid y Bonifacio Martín.
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Embid y Martín, de 53 y 56 años, respectivamente, murieron por la explosión de una bomba-lapa que los terroristas habían adherido a los bajos del vehículo del Cuerpo Nacional de Policía que utilizaban como oficina móvil del DNI.
El cadáver de Palate fue localizado esta tarde en el interior de su vehículo por los equipos de emergencias que participan desde el pasado sábado en las labores de desescombro del aparcamiento D de la T-4 del aeropuerto madrileño.
El otro ecuatoriano
Aún queda por hallar al otro ciudadano ecuatoriano Diego Armando Estacio Civizapa, quien, según informó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, descansaba en su coche en el aparcamiento donde ETA colocó la furgoneta-bomba, mientras su novia acudía a la terminal a esperar a unos conocidos que llegaban de viaje.
Palate era el mayor de los cuatro hermanos y, según sus familiares, se había convertido en el sustento de la madre, hermanos y sobrinos y aspiraba a ahorrar el dinero suficiente para comprar una casa en su país.
Vivía desde hacía cinco años en Valencia, la misma ciudad en la que también reside su tío Carlos y donde trabajaba en una fábrica de plásticos de la localidad de Torrent. Antes de trasladarse a España, en 2002, había trabajado como obrero en la fábrica Vestetexa, según el periódico ecuatoriano Hoy.
Este mismo medio informó de que la madre del joven, ciega, de 61 años, describía a su hijo como "muy cariñoso y bien responsable". En cuanto a su padre, murió hace un año de un infarto, mientras trabajaba como albañil.
El pasado sábado 30 de diciembre, Carlos Alonso Palate había acudido al aeropuerto de Madrid-Barajas con un amigo para recoger a la madre de éste. Se encontraba descansando en el coche cuando estalló la furgoneta bomba colocada por los etarras.