La cara del sida: 25 testimonios de personas que conviven con el VIH
'25 historias, 25 vidas' personaliza las vivencias de quienes sufren la enfermedad
Se llaman Abel, María y Félix. Y también Yolanda, Miguel y Montserrat. Son contables, peluqueros, economistas, trabajadores sociales, coreógrafos, veterinarios Todos son españoles. Todos son seropositivos. Y todos lo confiesan abiertamente en '25 historias, 25 vidas: 25 testimonios de personas que conviven con el VIH'; un libro que edita CESIDA, la coordinadora Estatal de Vih-Sida.
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Todos han salido de su particular armario, buscando una visibilidad que les ayude a evitar la enfermedad social, la que infecta a los ciudadanos de a pie, a esos que siempre niegan ser racistas pero que tienen miedo de los 'sidosos', que no quieren que sus hijos compartan aula con un niño infectado por el VIH, que se niegan a trabajar con un seropositivo.
Ser visible, afirma Michael, mejora la calidad de vida. Y también supone combatir una enfermedad que provoca miedo. No solo a ellos mismo, sino a otros muchos que no se atreven a decirlo. Hay razones para ello: está el terror a ser tratado el último en el médico de cabecera; él pánico a que los hijos no tengan plaza en el colegio; el horror ante un posible despido; el enfado y la frustración ante la negativa de un banco a conceder un crédito. O, por no irse tan lejos, el simple y puro miedo a ser abandonado por la pareja, olvidado por los "amigos" y juzgado por cualquiera.
Dice Ana, una mujer que ha prestado su voz para hacer este libro, que "el que no me quiera: ancha es España. Lo que no voy a consentir es que alguien me insulte o me falte al respeto por eso".
Las 25 vidas que se cuentan en el libro es probable que también hayan tenido que enfrentarse a sus propios fantasmas. Desde luego, José lo sabe muy bien: "Sentí, no sé, rechazo a mí mismo. Me rechacé muchas veces, no me comunicaba con nadie". Pero al final, pudieron más las ganas de vivir (de continuar viviendo). Y ahora lo confiesa en este libro.
'25 historias, 25 vidas' nos enfrenta a una realidad que existe, que tiene nombres y apellidos. Las cifras cuentan hasta 150.000 personas infectadas en nuestro país. Recuerdan que cada año son 3000 las que contraen el virus cada año; que uno de cada 4 desconoce su condición de seropositivo; que entre 50.000 y 70.000 infectados por VIH están sin diagnostica. Son cifras ínfimas si se compara con la dimensión mundial de este problema.
Pero como dice Héctor: "Al sida hay que ponerle cara; eso de hablar de 40 millones de personas no sirve". Este libro lo hace.