Exaltación patriótica en Madrid contra Zapatero "el embustero"
El Partido Popular convoca a 350.000 personas contra el Gobierno
Madrid
En un espléndido día ya primaveral, se volvió a oír en el centro de Madrid el clamor de una manifestación contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Unas 350.000 personas, según cálculos propios, desbordaron el recorrido de la marcha hasta colapsar la capital, y mostraron con gritos de dimisión, proclamas nacionalistas y miles de banderas españolas su repudio contra la política antiterrorista del presidente Zapatero.
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Después de ocho concentraciones multitudinarias contra la política antiterrorista del presidente del Gobierno, la de esta tarde convocada por el Partido Popular se esperaba arrolladora, como la joya que coronaría dos años sin descanso de protesta en la calle.
Fue ante todo un acto de exaltación nacionalista. En su discurso final, ante una plaza de Colón teñida de rojo y amarillo, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, apeló a la multitud a "defender la nación española" y definió a todos aquellos que se oponen a Zapatero como "voluntad en marcha". La gente reaccionaba exultante a la mínima apelación de España y sin duda fueron los vítores de "Viva España" o "España no se rinde" los más escuchados.
El Partido Popular convocó la marcha con el lema "España por la libertad, no más cesiones a ETA" para protestar por la reciente decisión del Gobierno socialista de conceder la prisión atenuada al terrorista Ignacio De Juana Chaos.
"ZP, vete ya"
Pero desde un principio la manifestación tuvo un marcado carácter personal y partidista. La diana tenía escrito un nombre propio: Zapatero. "!Dimisión, dimisión!". Era el segundo clamor más repetido. "Zapatero embustero", "ZP por humanidad, vete ya", "Zapatero vete con la ETA", rezaban algunas pancartas.
"Se está liberando a etarras que nos pueden matar el día de mañana. El Gobierno nos está engañando. Que lo hagan, que lo hagan pero que nos den a los demás pistolas también para defendernos", explica un hombre de 35 años que prefiere el anonimato cuando se le pregunta por sus razones para manifestarse.
La manifestación, no obstante, transcurrió sin apenas insultos, gran parte del tiempo en silencio. Apenas se vieron banderas franquistas. Cuando asomaba el negro plumaje del aguilucho entre la impresionante marea rojigualda, la gente reprendía al portador. "Abajo esa bandera. Que luego abren con eso los telediarios y nos llaman de extrema derecha y con razón", argumentaba un grupo de señoras. "¿Por qué voy a esconderla? ¿No es también un escudo español?" fue la respuesta.
Banderas a dos euros
Los puestos de banderas tenían cola. Dos euros. Los voluntarios de la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) también repartían patriotismo, pero ellos regalaban banderas pequeñas de papel. "¿No las tienen más grandes?", preguntaban los que se acercaban a su puesto en la puerta de Alcalá. Mayores, jóvenes, hombres, mujeres, niños, todos blandían su bandera o se la anudaban orgullosos al cuello. Incluso algunos padres decoraban el carrito del bebé con banderas españolas.
Los padres, de hecho, fueron multitud. Se les veía por todas partes aleccionando a sus hijos pequeños. La subida al escenario de Rajoy hizo furor. "Mirad, aplaudid al futuro presidente", les decía un padre a sus niños en los Jardines de los Descubrimientos, a la espalda de la tribuna. "Volved a vuestras casas y contadle a la gente lo que habéis visto hoy aquí", terminaba Rajoy su discurso. La multitud acompañaba con júbilo y gritos de dimisión cada proclama, pero los niños estaban más ocupados con sus juegos en la arena.