Victoria agónica del Valencia ante el Espanyol (3-2)

El Valencia logró un triunfo agónico ante el Espanyol en un partido entretenido, con cinco goles, de más calidad en el primer periodo que en el segundo y en que el conjunto espanyolista realizó un buen encuentro, sobre todo tras el descanso, aunque se quedó sin el premio del empate.

La buena noticia para el Valencia fue la recuperación de algunos jugadores, sobre todo Joaquín, la capacidad para ganar sin utilizar a todos los futbolistas disponibles (no jugaron ni Miguel, ni Alobelda) y el Espanyol tuvo su mejor noticia en el buen fútbol realizado y la capacidad para marcar el ritmo del encuentro, sobre todo tras el descanso.

La primera parte fue intensa y estuvo sazonada por el gol. El Valencia, con Vicente y Joaquín en las bandas, abría su juego y llegaba con peligro. Cuando Villa marcó el 1-0 en el minuto 11, el equipo ya había gozado de un par de ocasiones en jugadas de Angulo y Vicente.

El Espanyol tocaba bien el balón, pero no llegaba. La primera vez que lo hizo, en un magistral pase de De la Peña a Riera, consiguió igualar el encuentro.

A partir de entonces las fuerzas se nivelaron y el Valencia no encontró espacios a la contra ante un rival que cogió moral y dio la sensación de poder dar la vuelta al marcador, sobre todo cuando el balón estaba en poder de De la Peña, al que el Valencia tuvo muchos problemas para frenar.

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En el momento más oscuro del equipo local en todo el primer periodo, llegó el 2-1, en una magnífica acción de Villa y Vicente. A partir de ese momento, el conjunto local se volvió a encontrar cómodo en el campo, aunque Tamudo desperdició un mano a mano con Cañizares, en el que el público reclamó fuera de juego.

Ventaja al descanso

Cuando el encuentro llegó al descanso, el Valencia ofredía mejores vibraciones que el Espanyol y la ventaja se ajustaba a lo visto en los primeros 45 minutos.

El partido, a base de interrupciones e imprecisiones, perdió en el inicio de la reanudación toda la intensidad del primer periodo, aunque fue el Espanyol el que mejor parado salió de este nuevo panorama, pues sus aproximaciones a la meta de Cañizares fueron mucho más frecuentes que las del Valencia ante la de Kameni.

El Valencia pareció resolver sus dudas crecientes con un gol. La primera vez que llegó a la meta rival en el segundo tiempo volvió a marcar. Fue tras una magnífica acción de Joaquín y Villa que resolvió Angulo a puerta vacía, pero las recuperó de inmediato y un fallo defensivo, cinco minutos después, puso el 3-2 en el marcador.

El Espanyol no se conformaba

A partir de ahí, el Valencia se volvió a parecer al equipo falto de confianza de los últimos encuentros, en los que con mucha frecuencia ha jugado al ritmo que le imponía el rival.

Estaba claro que el Espanyol no se conformaba, pero sabía que las armas del rival pasan por el contragolpe y en uno de ellos, Joaquín pudo haber hecho el cuarto gol.

En cualquier caso, el Espanyol llegó mejor a los minutos finales del encuentro, ante un Valencia inseguro y, sobre todo, muy cansado, que se vio obligado a replegarse en su parcela y a vivir un final agónico, al que contribuyó la evacuación en camilla de Ayala en el minuto 90 de partido, lo que dejó al equipo con diez jugadores.

Pandiani tuvo el empate en tiempo de prolongación, pero el Espanyol se quedó sin premio para el esfuerzo realizado, sobre todo en el segundo tiempo, en un partido extraño en el que el equipo local fue de mas a menos y el visitante de menos a mas.