Análisis de la ida de los cuartos de la Champions
Con el Liverpool metiendo un pie en semifinales, y bastante igualdad en las otras tres eliminatorias se cerró el primer acto de los cuartos de esta Champions incierta y equilibrada, en la que no aparece ningún equipo como claro favorito. Ahí intentará meterse el Valencia, que tendrá que pelear mucho en Mestalla para eliminar al Chelsea tras sacar un valioso empate de Stamford Bridge.
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El golazo de David Silva fue lo mejor en un partido táctico e igualado entre dos equipos acostumbrados a pensarse mucho cada movimiento. La progresión del futbolista canario en la primera mitad de esta temporada ha sido, sencillamente, impresionante. Rápido en sus movimientos, inteligente con la pelota en los pies, dotado de una excelente calidad técnica y de una gran capacidad de sacrificio -fue el futbolista de su equipo que más metros recorrió en el partido-, David Silva puede ser el hombre que desequilibre la eliminatoria, por encima de todos los lustrosos nombres que tiene enfrente.
Roma 2 - Manchester United 1
La expulsión de Paul Scholes, mediada la primera parte, por doble amarilla tras sendas entradas fuera de tono, marcó un partido en el que el United no dio la medida real de sus posibilidades. Por su parte, Luciano Spalleti ha montado un equipo atractivo, que apuesta por el fútbol de ataque -este miércoles formó con cinco jugadores de corte ofensivo, como su rival- y que defiende bastante bien con Chivu y Mexes como pareja de centrales. El brasileño Taddei, con ayuda de Brown y el montenegrino Vucinic -que no metió más goles de milagro- hicieron los tantos del Roma, y Rooney -con gran templanza- marcó un gol importantísimo para los suyos. Aún así, la magnitud de este Manchester de Ferguson debería imponerse en Old Trafford.
Parece mentira la capacidad de resistencia que tiene un equipo tan pusilánime y carente de calidad técnica como el campeón alemán. Dos arranques de furia que terminaron con remates del central van Buyten ponen en ventaja al Bayern en la eliminatoria, en la que -de momento- siempre mereció ir por detrás. En San Siro, el Milán tuvo más ocasiones, más intención de atacar y fue mejor, pero el Bayern sacó una renta incluso mejor que en el Bernabéu. A su favor hay que decir que desde la llegada de Hitzfeld, el equipo defiende mejor y no parece tanto que vaya a descomponerse. Además, el segundo gol del Milán, obra de Kaká, llegó tras un penalti inexistente que se inventó el árbitro Baskakov.
Cada vez más, el fútbol es un arte dominado por los pequeños detalles. Dicen los que le conocen bien que Rafael Benítez está obsesionado por controlar cada uno de esos detalles, y que es eso lo que le convierte en un gran entrenador. Sus equipos no enamoran, su preocupación por las cuestiones tácticas es evidente y su manía de no repetir alineaciones es, en ocasiones, incomprensible. Pero los números y los títulos avalan a un técnico que ha devuelto a un club como el Liverpool al sitio que la Historia le tenía reservado. De momento, le ha bastado un solo partido de cuartos para poner un pie en semifinales y esperar al vencedor del Chelsea - Valencia -en ambos casos habría duelo con morbo-. En cuanto al partido, buen despliegue de Mascherano, que fue titular, y de nuevo buena actuación de Peter Crouch, que cerró la cuenta goleadora de su equipo ante un PSV castigado por las cruciales bajas de Alex -su hombre referencia en defensa- y Koné, el único delantero centro que tienen si no contamos a Patrick Kluivert.
