Homenaje londinense a la moda de Nueva York
Un museo exhibe la obra comprendida entre 1999 y 2004 de varios nuevos diseñadores afincados en la Gran Manzana
LONDRES
El museo londinense de Victoria & Albert, el más grande del mundo dedicado al arte y el diseño, dedica una sala pequeña a la moda contemporánea de Nueva York. En ella, 20 diseñadores, representantes de las últimas tendencias de moda en EEUU, se dan cita para inspirar al público británico en una exposición titulada 'New York Fashion Now', o 'La moda de Nueva York ahora'.
El museo del aristocrático barrio de Kensington exhibe estos días una exposición en la que analiza la crisis sufrida por la industria de la moda a raíz de los atentados del 11-S, y repasa los talentos surgidos en EEUU a pesar del convulso momento histórico.
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La idea central de la exposición gira alrededor de las condiciones económicas y sociales que se vivieron en EEUU entre 1999 y 2004, y que no eran, precisamente, las más favorables para la moda. Algunas firmas cerraron, otras salieron airosas, pero en todo, los acontecimientos del 11-S dejaron su impronta. Con esta premisa, el V&A, como es conocido el célebre museo, ha dedicado una pequeña sala en su planta baja, un espacio circular y con poca luz, a enseñar lo que se supone es la moda norteamericana de los últimos años.
Al entrar en la muestra, impacta un lujoso vestido de raso negro de 1894, dentro de una vitrina. Le acompañan trajes más contemporáneos, como el famoso vestido piano que Lagerfeld diseñó para Chanel en 1995, o alguna creación de Galliano. También se puede disfrutar de piezas de Claire McCardell, Balenciaga, Christian Lacroix, Givenchy, e Yves Saint Laurent entre otras, además de una pequeña exposición de ropa interior, fajas y corpiños de distintas épocas. Aquí y allá, el museo hace uso de sus extensos fondos para exhibir modelos de línea Imperio, de principios del siglo XIX, vestidos de corte del siglo XVIII, y crinolinas de sobra. Pero de moda neoyorquina contemporánea, poco.
Para acceder a la pequeña parada dedicada a la moda estadounidense, hay que rodear los fondos del museo y entrar en una pequeña cámara, donde muy pocos vestidos comparten vitrina.
Desde los calzoncillos con bolsillos y guantes de Duckie Brown, hasta el traje de corazón y huesos de fieltro de Christian Joy for Karen, pasando por las faldas plisadas a lo loco de Behnaz Sarafpour, la exposición propone un vistazo fugaz a algunas de las tendencias más interesantes de la moda en la ciudad de los rascacielos del cambio del siglo, pero, lamentablemente, se queda corta.
No es que no tenga calidad suficiente lo que hay, es que falta mucho. El V&A propone aproximadamente un vestido, a lo sumo dos, por diseñador, y el hueco que queda se rellena con sus fondos. Incomprensible, si tenemos en cuenta la cantera de talentos en la que se ha convertido la Gran Manzana, muchos de ellos surgidos y alimentados al abrigo de la directora del Vogue, Anne Wintour: Zac Posen, Derek Lam, Marc Jacobs no hay rastro de ninguno de ellos en el museo.
Sólo merchandising
En una esquina medio olvidada de la laberíntica sala, se encuentra el puesto de regalos de la muestra. El museo vende camisetas diseñadas exclusivamente para la muestra, pins con las palabras Paparazzo o Fashion Victim en blanco y negro, llaveros amarillos con forma de taxis neoyorquinos, postales de algunos de los vestidos más conocidos, algún colgante ya pasado de moda con forma de corazón y diamantes que cuesta 37 euros, y el libro de la exhibición, que cuesta casi 45 euros.
Es precisamente el libro lo que más asombra de la exposición, puesto que en él están todos los vestidos que no cruzaron el Atlántico y que, sin duda, deberían haberlo hecho.
Todo lo que la pequeña tienda de la muestra no vende, lo podemos adquirir en la tienda principal del museo. En ella se pueden comprar pañuelos, libros, papel de envolver impreso con botones de colores o con zapatos dibujados, y hasta un par de calzoncillos con lentejuelas, de la firma Duckie, por 730 euros.
Tras pasar por ahí, cabe preguntarse si el V&A se preocupó más del merchandising y los beneficios económicos de la muestra, que de la muestra en sí. Sobre todo, si se compara con la macro exposición dedicada a la popular cantante de pop australiana, Kylie Minogue, que se desarrolla en otro punto del museo. Todo indica lo primero.
La exposición estará abierta hasta el 23 de septiembre. Puede visitar la página web del museo en: www.vam.ac.uk