Internacional

Colombia se paraliza para clamar por la liberación de los secuestrados

Millones de personas encabezadas por su presidente, Álvaro Uribe, salieron a la callle

Colombia se ha paralizado este mediodía (19.00 horas española) para exigir a los grupos armados ilegales la liberación de todos los secuestrados y el respeto por la vida.

Millones de personas, encabezadas por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, han salido a las calles de Bogotá y de otras ciudades y pueblos para, con pañuelos blancos, bocinazos y pitidos, exigir a las guerrillas y otros grupos armados la liberación de cautivos y la entrega de los cadáveres de once diputados muertos en poder de las FARC el pasado 28 de junio, que ha sido el motivo de esta protesta.

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Durante cinco minutos, el país paralizó sus labores habituales, y con campanas, pitos, sirenas, gritos y hasta ollas los ciudadanos quisieron expresar su repudio por los secuestros y exigieron la liberación de los cautivos en manos de grupos armados ilegales, en una movilización sin precedentes en la historia reciente de Colombia.

Participó toda la sociedad

Trabajadores, empresarios, funcionarios estatales, estudiantes y toda la sociedad participaron en la jornada vestidos con camisetas blancas y portando pancartas en distintas ciudades del país, donde el secuestro se ha cobrado víctimas a lo largo de cuatro décadas.

El presidente Uribe, que entró en la Catedral Primada, situada en la Plaza de Bolívar, de Bogotá, ambas atiborradas de gente, presenció desde las escalinatas el batir de pañuelos bancos de miles de personas que portaban además pancartas de fondo blanco con frases alusivas al secuestro, a las víctimas y sus familias, y a la necesidad de un acuerdo humanitario.

El transporte público, que se detuvo hoy, y los automóviles privados hicieron sonar a mediodía sus bocinas durante cinco minutos para sumarse a la protesta.

En las fábricas y el comercio los trabajadores hicieron un alto en sus labores para salir unos minutos a la calle y blandir banderas y trapos blancos.

La emoción era patente en muchas personas que participaron en esta manifestación, algunas de las cuales no pudieron ocultar sus lágrimas y también su alegría al participar de una movilización tan masiva, algo a lo que los colombianos no estaban acostumbrados, según decían.

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