Un líder de los Jemeres Rojos, acusado de crímenes contra la humanidad
Por primera vez uno de sus dirigentes será juzgado
El Tribunal Especial de Camboya ha emitido hoy su primera acta de acusación contra un dirigente de los Jemeres Rojos al imputar al ex director de un centro de tortura del antiguo régimen el delito de crímenes contra la Humanidad. Se estima que 1,7 millones de personas murieron en este país asiático entre 1975 y 1979 bajo el régimen que dirigió Pol Pot.
Kaing Guek Eav (también Kaing Khek Iev), alias Duch, ha sido puesto bajo detención provisional tras ser acusado por los jueces investigadores de las Salas Extraordinarias en los Tribunales de Camboya, según informó el Tribunal en un comunicado.
El acusado dirigió bajo los Jemeres Rojos la prisión S-21 en Phnom Penh, donde los presuntos enemigos del régimen eran torturados brutalmente antes de ser llevados a los campos cercanos a la capital donde eran asesinados.
Unas 16.000 personas fueron encarceladas en esa prisión, actualmente el Museo del Genocidio Tuol Sleng. Se calcula que sólo una docena sobrevivieron cuando el régimen de los Jemeres Rojos fue depuesto por la invasión vietnamita en 1979.
Duch, de 62 años, es uno de los cinco dirigentes Jemeres Rojos cuya imputación había sido recomendada por los fiscales del tribunal, que está compuesto por juristas camboyanos y extranjeros. Los magistrados no han revelado aún los nombres de los otros cuatro.
Algunos antiguos dirigentes de la cúpula de esa organización maoísta que se desintegró tras la desaparición de Pol Pot cambiaron las armas por una amnistía en la década pasada y viven sus últimos días como hombres libres.
Detención fortuita
Tras la caída del régimen en 1979, Duch desapareció durante casi dos décadas, viviendo bajo distintos nombres en un antiguo bastión Jemer Rojo en el noroeste de Camboya, donde los misioneros le convirtieron al cristianismo. Fue descubierto por casualidad por un fotoperiodista occidental, lo que permitió su captura en mayo de 1999.
No está claro si los testimonios de Duch podrán ser utilizados para condenarle en el juicio, puesto que algunos de los médicos que le examinaron tras su arresto, diagnosticaron que sufría serios trastornos mentales. Según ellos, Duch cree que ahora es San Pablo y que ha recibido la misión de propagar la palabra de Dios.
Camboya pidió por primera vez la ayuda de la ONU en 1997 para la creación de un tribunal, pero fueron necesarios años de duras negociaciones antes de que ambas partes firmaran un pacto en 2003 en el que acordaban celebrar juicios.




