Protestar en paz y con oficio

En Francia, donde las manifestaciones están al orden del día y hacen retroceder, por ejemplo, a un gobierno en su intención de implantar contratos "basura" para jóvenes; no hay que tomarse a broma la iniciativa de un antiguo activista de Greenpreace, Xavier Renou, que por 45 euros, a través del Colectivo de desobedientes (cuya página es www.desobeir.net), ofrece cursillos de iniciación y perfeccionamiento en las técnicas de protesta pacífica.

Mediante talleres específicos, los inscritos ?que van desde ecologistas a sindicalistas pasando por los que oponen a la sociedad de consumo y la publicidad o los que están contra los 4x4- pueden aprender cuales son los riegos jurídicos a los que se enfrentan al llevar a cabo una acción, cómo preparar una manifestación, cómo oponer resistencia a los policías mediante técnicas como "la tortuga" en una sentada o la fabricación casera del "arm-lock", un artilugio que sirve para encadenarse a vías férreas o maquinaria de obra.

Pero sobre todo se propone trabajar con el humor y la imaginación para llevar a cabo acciones que llamen la atención de los medios de comunicación. De aquí, por ejemplo, han salido la Brigada activista de payasos o el colectivo "Jueves Negro" ?que protesta contra la carestía de la vivienda montando fiestas sorpresa en las horas de visita de los pisos que se alquilan o venden-.

La imaginación como arma. En estos cursillos se pone el ejemplo de unos activistas españoles que fueron a Escocia para bloquear la base militar nuclear de Falsane. Se echaron pintura roja en los monos que llevaban para que los policías no les tocasen, conscientes de que los agentes escoceses son los que se ocupan personalmente de la limpieza de sus uniformes y, por tanto, deberían pagar el tinte.