El Sevilla pone pie y medio en la siguiente ronda de la Champions tras vencer al Steaua (2-1)

El Sevilla cumplió los pronósticos y sumó su segunda victoria (2-1) en la liguilla de Liga de Campeones ante el Steaua, un rival que, pese a su escaso nivel, causó, gracias a la relajación defensiva de su oponente, alguna inquietud en la segunda parte pero que sigue sin puntuar, mientras que los de Juande Ramos ponen pie y medio en la siguiente ronda al asegurarse prácticamente el segundo puesto de su grupo, después de que el Arsenal venciera también al Slavia de Praga.

En el once sevillista la sorpresa la protagonizó el habitualmente criticado Mosquera, hoy titular en el eje de la zaga. Los rumanos, por su parte, conscientes de su inferioridad, se presentaron con un sistema ultradefensivo, en el que el único delantero era el espigado Iacob, a la espera de que dos viejos conocidos ya en Europa, Nicolita y Dica, conectarán con él en una contra. Pero el desarrollo del partido evidenció desde el comienzo que no había sitio para pensar en tácticas ni estrategia.

Y es que los aficionados, que como ya sucediera en el partido de la segunda jornada de esta liguilla, ante el Slavia, se dieron cita en menor número de lo habitual en el Sánchez Pizjuán, apenas tuvieron tiempo de sentarse antes de que el 1-0 subiera al marcador.

Porque en el minuto 5 el canterano Capel, hoy de nuevo titular en el extremo zurdo, le puso el gol en bandeja a Kanouté que, sin oposición alguna, remachó en el segundo palo el 1-0. Con el propio Capel como motor imparable de su equipo, el Sevilla siguió presionando, consciente de que el Steaua carecía por completo de argumentos con los que contrarrestar el alud que se le venía encima por momentos.

Dominio local

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Las ocasiones se sucedían, en un dominio apabullante de los locales, y Poulsen estaba a punto de poner el 2-0 con un zurdazo tremendo en el minuto 14. Pero como el encuentro tenía toda la pinta de ser casi un entrenamiento para el Sevilla, Luis Fabiano, confirmando el espectacular momento goleador que vive, hizo el segundo, justo cuando acababa de terminar el minuto 16, en el que Nervión recuerda al malogrado Antonio Puerta.

El Sevilla, que tiró en el primer tiempo nada menos que 13 veces a portería, se permitió incluso hacer jugadas de libro, plantándose en tres toques ante el atribulado portero del Steaua, Zapata, desesperado ante las constantes aproximaciones de los atacantes hispalenses.

En un dato harto elocuente, el Steaua no tuvo su primera ocasión hasta el minuto 35, cuando Dica cabeceó con peligro un córner botado por Nicolita. Pero no fue más que un espejismo, porque, con Capel volviendo loco a todo el equipo rival, la noticia fue que se llegara al descanso sin más goles en blanco y rojo, aunque un ''misil'' de Keita se estrelló en el palo poco antes de la pausa.

El Steaua creía en el milagro

En la reanudación, y vistos los antecedentes, el Sevilla levantó el pie del acelerador. Eso revivió al catatónico Steaua que, para sorpresa de propios y extraños, acortó distancias, en el minuto 62, ante la pasividad de la defensa andaluza, después de un rechace aprovechado por Ovidiu Petre. Eso no acongojó al Sevilla, que tras unas posibles manos de un defensa rumano, tuvo el tercero en botas de Luis Fabiano, aunque el cuero se fue al palo.

Sin embargo el panorama había cambiado, porque el Steaua creía ahora en el milagro, y Juande optó por retirár a Kanouté, para reforzar, con Renato, la medular. Increiblemente, el partido estaba en una fase de incertidumbre: el Sevilla se metía en el juego del Steaua, que amenazaba con dar el golpe en cualquier despiste de la, por momentos, trémula retaguardia nervionense.

Sin embargo, y pese a lo corto del resultado, no hubo lugar para la sorpresa, y entre goles fallados por el Sevilla y la incertidumbre de la hinchada sevillista, se llegó al final sin que el marcador se volviera a mover.