La Policía desarticula un grupo que traficaba con paraguayos para explotarlos laboralmente

La Policía Nacional han detenido en Madrid a tres individuos, miembros de la misma familia, responsables de la introducción en España de un número considerable de compatriotas para su explotación posterior. Asimismo, han sido arrestadas seis mujeres extranjeras por estancia ilegal. Al llegar al aeropuerto eran trasladadas a dos pisos de Madrid, en las que figuraban empadronadas 36 mujeres.

El grupo disponía en Paraguay de varios contactos que captaban a sus compatriotas interesados en venir a España. Además organizaban y financiaban el viaje, y les procuraban alojamiento. Los inmigrantes se veían abocados, dada su precaria situación económica, a firmar un pagaré por el que se comprometían a pagar la cantidad de mil ochocientos euros, y hacer entrega de las escrituras de una propiedad de su familia como aval. Los miembros del grupo en Paraguay utilizaban una agencia de viajes en Asunción, que obtenía los pasajes de avión.

Infraestructura en Paraguay

Los integrantes del grupo residentes en Paraguay eran Olga Deisy B.C., hermana de una de las personas detenidas en España, y su esposo, Catalino V. C., además de otras personas que trabajaban en la Agencia. La primera se encargaba de recibir a los inmigrantes en su domicilio y exponerles las condiciones del viaje y, el segundo, los citaba en la propia agencia de viajes, donde impartía las instrucciones adecuadas sobre cómo comportarse ante la Policía española y las respuestas que tenían que dar ante las preguntas que les formularan. Una vez en el aeropuerto, y antes de embarcar en el avión con destino a Madrid, un empleado de la misma agencia les entregaba el billete de avión, bolsa de viaje y la correspondiente reserva de hotel.

Si a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas eran rechazados en el puerto fronterizo y, por tanto, retornados a su país, eran obligados a pagar otros mil ochocientos euros para efectuar el viaje nuevamente. Los paraguayos no tenían más remedio que acceder a esta exigencia, ya que en caso contrario perdían las propiedades familiares que habían presentado como aval. Si franqueaban el control policial las esperaba un miembro del grupo, que los trasladaba y alojaba en dos viviendas situadas en Madrid.

Trabajaban como empleadas del hogar o prostitutas

Allí, los dos hermanos, les retiraban el dinero de las "bolsas de viaje", y se encargaban de buscarles un trabajo, normalmente como empleadas de hogar. Del sueldo futuro tendrían que pagar setenta euros (70 ¤) mensuales de alquiler, otros setenta euros (70 ¤) por la comida, además de quinientos euros (500¤) más cada mes, hasta saldar totalmente la deuda contraída. Como quiera que por el trabajo de empleadas de hogar percibían entre 600 y 700 euros, no les quedaba prácticamente dinero para sus gastos. Si alguna de las mujeres tenía problemas en el trabajo que le habían buscado, Celso Dilio las obligaba a ejercer la prostitución.