Segunda noche de disturbios en Francia pese a la llamada a la calma de Sarkozy

La violencia se extiende como una mancha de aceite por la periferia norte de París. Los disturbios de la pasada noche han afectado a Villiers-le-Bel, donde comenzaron el domingo, y a otras cinco poblaciones vecinas con un balance de cinco edificios incendiados, entre ellos una biblioteca, una escuela infantil, un restaurante y una delegación local de hacienda-; 60 vehículos calcinados y 82 policías heridos, de los que cinco se encuentran en estado grave. Uno de ellos ha recibido un balazo de postas por la espalda y otro puede perder un ojo.

Como en la noche del domingo, bandas de jóvenes con mucha movilidad se han enfrentado con las fuerzas antidisturbios lanzando todo tipo de objetos y quemando coches y contenedores de basura. Los llamamientos a la calma hechos por el Presidente Sarkozy y la propia familia de las víctimas no han tenido, por tanto, ningún efecto.

Un primer informe policial describe la muerte de los dos adolescentes como un accidente: su moto chocó contra el coche patrulla al saltarse un ceda el paso. Pero algunos vecinos sospechan de la actitud de los policías implicados, que abandonaron el lugar de los hechos. El abogado de las familias reclama que se haga la luz cuanto antes para calmar los ánimos, como sucedió con la muerte hace dos años de los dos adolescentes que se escondieron en un transformador huyendo de la policía.

Llamamiento a la colaboración ciudadana

La ministra del Interior, Michelle Alliot-Marie, ha pedido a los habitantes de las poblaciones afectadas por la violencia que "colaboren para aislar a los perturbadores". A juicio de la ministra, que a esta hora mantiene una reunión con los sindicatos de policía, los incidentes son "organizados por ciertas personas que intentan sacar provecho de la situación". En alusión a los jefes de las bandas que operan en los barrios sensibles. Sin embargo, un informe realizado a partir del perfil de los detenidos en la llamada revuelta de los suburbios de 2005 señala que la violencia fue espontánea protagonizada por chavales muy jóvenes y sin antecedentes policiales.