Temor en Francia a una nueva noche de violencia
El gobierno ha reforzado los efectivos policiales y los alcaldes socialistas de los pueblos afectados han hecho un llamamiento a las familias para que mantengan a los jóvenes en casa
Las autoridades temen una nueva noche de violencia. El gobierno ha reforzado los efectivos policiales en la zona y los alcaldes socialistas de los pueblos afectados han hecho un llamamiento para que las familias hagan todo lo posible para mantener a los jóvenes en casa. "Demando a las familias, a los padres, que mantengan esta noche y las siguientes a los chavales, a los adolescentes, en sus casas porque creo que no pueden reproducirse los actos violentos", ha pedido Jean Pierre Blasic, alcalde de Gonesse.
Más información
La escalada puede ser, en efecto, peligrosa. Los sindicatos policiales han pedido a la ministra del Interior más medios para defenderse de manera adecuada de agresiones que van más allá del lanzamiento de piedras. Frente a la utilización de armas de fuego y cócteles molotov, reclaman poder responder con sus armas reglamentarias. Una prohibición que, de momento, ha evitado víctimas entre los alborotadores frente a los 82 agentes heridos de diversa consideración en las filas de la policía.
El primer ministro, François Fillon, se ha desplazado esta mañana al pueblo de la periferia de París donde el domingo comenzó la violencia tras la muerte de dos menores que iban en moto y chocaron con un coche patrulla y allí ha dicho que "en democracia no hay sitio para la venganza, sino para la justicia que debe llegar hasta el final".
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, que vuelve esta noche de su viaje oficial a China, tomará personalmente el asunto en sus manos y ya ha convocado para una reunión ministerial de urgencia en el Palacio del Elíseo y tiene previsto entrevistarse con las familias de los adolescentes fallecidos.
Dos años sin respuestas en los barrios difíciles
Hace unas semanas, cuando se conmemoró de manera discreta la muerte de los dos menores que desencadenó la "revuelta de los suburbios" de 2005, un informe aseguraba que poco o nada había cambiado en los llamados "barrios difíciles". La tasa de paro entre los jóvenes sigue doblando la media nacional y las políticas de reinserción y contra la discriminación que sufren sus habitantes –de origen inmigrante- no se han apreciado durante este tiempo.
"El sentimiento de rechazo es más fuerte que hace dos años", argumenta el alcalde de Sarcelles, François Pupponi. "Y en consecuencia, el mínimo error, el menor drama como ha sucedido el domingo, puede hacer bascular la situación sea cual sea el lugar hacia el horror. En dos años, ha aumentado la brutalidad: entonces eran actos de agresión contra los edificios. Hoy es contra las personas y, por tanto, cada vez más, la situación es más dramática".
La respuesta sólo policial a los problemas diversos que se viven en los suburbios aparece ineficaz y en este sentido se espera con expectación el plan que en enero debe presentar la secretaria de Estado de Solidaridad e "hija" ella misma de esos suburbios, Fadela Amará. Sin embargo, esta vez, una nueva teoría se abre paso apuntada por la ministra del interior: los disturbios son atizados por "determinadas personas que sacan provecho de ello". En alusión a las bandas que operan en estos barrios.




