Así fue la cuarta jornada de la Champions
Dos españoles, dos ingleses y dos italianos pasan a octavos de final
Se puede estar podrido de pasta, ser un buen gestor, y aún así, estar equivocado. Tom Hicks, el dueño de un equipo de beisbol (Texas Rangers) y otro de hockey sobre hielo (Dallas Stars), se convirtió en el pasado mes de febrero en el nuevo dueño del Liverpool, por su alianza con un colega del gremio, George Gillett Jr. Una inversión estimada de 200 millones de libras tuvo la culpa.
Grupo A
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En el último mes, a Rafa Benítez se le ocurrió hablar en una rueda de prensa de la llegada de nuevos fichajes en el mercado invernal, y a Hicks y Gillett (hijo) se les torció el morro. Después llegó el cruce de declaraciones, a través de la prensa, entre dueños y entrenador. Se ha llegado a decir que, si el Liverpool no ganaba al Oporto en Anfield este miércoles, Benítez estaría en la calle.
Alguien tendría que explicarle a Hicks y Gillett (al hijo) que el fútbol tiene un mecanismo que se le escapa al dueño de una franquicia americana (que es lo que son allí los equipos de beisbol, fútbol americano y hockey, entre otros deportes 'nacionales'). Sólo hace falta escuchar cantar a Anfield (y ver a Torres, que costó una pasta, resolver un partido) para darse cuenta.
Por eso, es probable que, si el equipo se mete en octavos de final de la Champions (para lo cual tiene que ganar en Marsella dentro de quince días), Benítez tenga en su mano una nueva medida de presión para convencer a 'sus dueños' de que, un club de fútbol tiene poco que ver con según qué cosas. Si siguen en la línea, mal negocio el de Hicks y Gillett (hijo).
Grupo B
Es una lástima ver al Valencia cayendo en la Champions como si fuera un equipo menor: en la quinta jornada y haciendo cálculos para meterse en la UEFA. Es lo que hay, pero es triste, más si uno se acuerda de las dos finales de Champions a las que llegó. Es ley de vida, el fútbol es cíclico (que se lo digan al Depor) y al Valencia "sólo" le queda esperar a que vuelva a subir la marea. Pero, cuando en el sorteo le tocó con Chelsea, Schalke y Rosenborg, meterse en octavos entraba en unos razonables planes. Y más viendo al Chelsea meterle cuatro al Rosenborg, que en Mestalla pareció como las hordas vikingas.
La peor noticia para el Valencia es que se tiene que pegar en la Liga con unos cuantos aspirantes que van directos a luchar por una plaza Champions (Villarreal, Atlético, Sevilla...). Veremos.
Grupo C
Qué ganas de darle emoción al asunto. Con lo plácido que era, (otros años) ver a los jugadores del Castilla fogueandose en Bruselas o en Kiev en un partido intrascendente. Esta vez no. Se acabó la siesta. Ahora el Madrid tiene que empatar con la Lazio en el Bernabéu (asequible, pero hay que hacerlo) en la última jornada del grupo, que, en su quinta jornada, ha dejado a sus cuatro equipos con aspiraciones a pasar a octavos. Robinho estuvo bien en Alemania, pero no fue suficiente.
La jornada fue redonda para Olympiacos, que ganó en el Olímpico de Roma con goles de Galleti y Dejan Kovacevic (dos viejos conocidos).
Grupo D
El Celtic de Glasgow (como el Liverpool) debería tener invitación directa a octavos de final sólo por la afición que tiene. Es probable (en el fútbol nunca se sabe, pero por aventurar...) que, en cualquier otro estadio y en cualquier otra ciudad, el resultado del Celtic-Shaktar hubiera sido distinto. Pero se jugó en Glasgow. En Celtic Park, un santuario. Y el Celtic ganó en el minuto 91, en un arreón final admirable, de la mano de un tanto del italiano Donati.
Los ricos de Donestk se volvieron a quedar con cara de circunstancias, pero lo cierto es que todavía pueden clasificarse: deben ganar en casa al Benfica de Camacho el próximo martes y que el Milán gane en San Siro al Celtic. Factible. Por eso deberían existir las invitaciones automáticas a octavos. Nosotros le daríamos una a Camacho, un entrenador colosal que tiene una complicada tarea en Lisboa. La semana que viene se despedirá de la Champions, pero, por suerte, podremos seguir viendole en la Liga. En su equipo hay motivos para hacerlo... Cardozo, De María, el "cebolla" Rodríguez, Petit (que sigue lesionado), Rui Costa... otro día hablaremos de ellos.
Grupo E
Ya puede dar gracias el Olympique de Lyon por lo que pasó en la quinta jornada. Fue perdiendo y empató. Volvió a ir en desventaja, y de nuevo igualó. Ambos goles los marcó Juninho, una de las pocas cosas que conserva el equipo que ganó seis ligas en Francia. Lo mejor para los de Alain Perrin fue la victoria de un Stuttgart desahuciado ante un Glasgow Rangers que, aún así, depende de sí mismo para clasificarse. Tras el puente de diciembre, el miércoles 12, escoceses y franceses se medirán en duelo directo en Ibrox Park. Lo cierto es que, por tradición, el Lyon debería estar en octavos, pero, con un empate entraría el Rangers, con sus dos españoles, Novo (lesionado hasta Navidad), y Carlos Cuellar.
Grupo F
El partido de Old Trafford entre el United y el Sporting de Lisboa fue como una obra de teatro intensa y atractiva que pierde todo su sentido porque ya conoces el final. A punto estuvo el Sporting de llevarse un triunfo que no le hubiera servido para nada. Por si acaso Tévez y Cristiano Ronaldo, (éste de falta directa), lo remediaron. El Manchester es el único que cuenta sus cinco partidos por victorias. Además será primero de grupo con seguridad. En el otro partido, la Roma selló su pase con una victoria cómoda en Kiev. Da pena ver al Dínamo, lo que fue y en lo que se ha convertido ahora. De los italianos, destaca el partido que hizo el montenegrino Vucinic: dos goles, el segundo de ellos marcado con una frialdad terrible.
Grupo G
Hay algo que los equipos italianos (los grandes al menos) llevan en el metabolismo: pueden jugar una castaña de fútbol, y acabar ganando 3-0. Le pasó al Inter este martes en San Siro. El Fenerbahçe de los brasileños fue mejor, hizo una primera parte más sólida, y tuvo ocasiones para adelantarse. Pero los que marcaron fueron Julio Cruz, Ibrahimovic y el chileno Luis Jiménez (cedido al Inter, el campeón de Liga, por un equipo de tercera división, la Ternana, esas cosas tiene el Inter).
Antes, el PSV había ganado en Moscú al CSKA (0-1, gol de Farfán), manteniendo sus aspiraciones a conseguir una plaza en octavos. Lo que pasa es que los turcos terminan en casa, y dependen de sí mismos.
Grupo H
Al Sevilla le partieron la cara en Londres, pero lo arregló en 'la vuelta', en el Sánchez Pizjuán, con una victoria inapelable contra un Arsenal en versión pequeñita. Wenger metió a Cesc, pero prescindió de varios lugartenientes del español, y lo pagó caro. Se marchó, cabreado y expulsado, y no extraña porque su joven equipo cometió un grave error de confianza, y le puede costar la primera plaza del grupo, que creía tener bien amarrada.
Así las cosas, el Sevilla termina su primera fase en Praga. Ganando será primera de grupo. Evitará a los rivales más fuertes para octavos, y además, se aseguraría jugar el partido de vuelta en Sevilla. Negocio redondo.