La iglesia católica emplea comics para prevenir a los niños de abusos sexuales
El libro, que retrata al arcángel San Miguel, está siendo distribuido en colegios y en programas de educación religiosa en Nueva York
La iglesia católica de Nueva York está utilizando cómics y libros para colorear para advertir a los menores del peligro de los abusos sexuales, lo que ha generado críticas sobre el fracaso de esta institución a la hora de alertar a los menores de que los sacerdotes también podían suponer una amenaza.
Las 28 páginas del libro llamado 'Arcángel', que fue publicado en septiembre, cuenta la historia de un adolescente que confía en San Miguel El Arcángel para denunciarle los abusos sexuales de dos chicas estudiantes de su instituto por parte del padre de uno de sus amigos.
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El libro está diseñado para niños de 10 años, y está siendo distribuido en colegios y en programas de educación religiosa en Nueva York, según ha explicado el portavoz de la archidiócesis, Joseph Zwilling. También se puede adquirir gratis en Internet.
"Esto es parte de nuestro esfuerzo para proporcionar a los niños la información que ellos necesitan para mantenerse a salvo", ha afirmado Zwilling.
El libro ha aparecido años después de que se hicieran públicas las denuncias de abusos generalizados por parte de los sacerdotes católicos de Boston, Los Ángeles y otras ciudades, y ha tenido amplia repercusión esta semana después de haber aparecido en la revista 'Newsweek'.
Tono moralizante
Carmen Durso, abogada que representa a alguna de las víctimas, ha asegurado que el libro tiene un cierto tono moralizante que podría provocar el efecto contrario al que persigue, el de hacer que los niños denuncien los abusos.
"Ellos se están engañando a sí mismos si creen que van a crear con esto una situación en la que los niños van a hablar a alguien", ha señalado Durso.
Los libros no señalan que los agresores sexuales suelen ser personas que están en el entorno de confianza, incluyendo líderes religiosos, ha dicho David Clohessy, que sufrió abusos por parte del sacerdote de una parroquia cuando era niños.
"Es conveniente que el público católico infantil sepa que los sacerdotes y seminaristas, los obispos y las monjas, pueden hacer estas cosas", ha indicado Clohessy. "Habitualmente, los adultos que hacen daño a los niños no son extraños, pero son de confianza".