El móvil e Internet terminan con las cabinas telefónicas
El auge de las nuevas tecnologías sustituye a los teléfonos públicos y las cabinas, que están desapareciendo en grandes ciudades como Nueva York y Londres
Hace unos días saltaba la noticia de que la compañía telefónica estadounidense AT&T dejará a finales de 2008 de ofrecer sus servicios en teléfonos públicos y cabinas de Nueva York, después de 129 años haciéndolo. El servicio ha descendido de forma notable en los últimos años y se ha pasado de un total de 2,6 millones en 1998 a un millón de cabinas en el país.
Una de las razones esgrimidas por AT&T, que tiene 60.000 teléfonos públicos en 13 de los 50 estados de Estados Unidos, es que el servicio ha descendido de forma notable en los últimos años y se ha pasado de un total de 2,6 millones en 1998 a un millón de cabinas en el país. Hoy en día, los últimos datos hablan de una población total en EEUU de 301 millones de personas y se calcula que de ellos, 251 millones son clientes de telefonía móvil. Así pues, las cabinas dejan de tener sentido.
Las cabinas rojas londinenses
Las famosas cabinas rojas londinenses empezaron a fabricarse en 1924. Begoña Arce, corresponsal de Cadena SER en Londres ha explicado que también en esta ciudad las están quitando. "Se van a convertir en una especie de piezas de museo". En los barrios menos céntricos y que no son turísticos ya han desaparecido.
British Telecom, que es la propietaria de la mayoría de las cabinas, ha dicho que lo que están recaudando no cubre ni siquiera el mantenimiento. De hecho, la compañía ha eliminado la tarjeta telefónica para cabinas. Éstas solo admiten monedas o tarjetas de crédito.
"Ahora mismo, al abrir la puerta de una de estas cabinas, el olor a orín y desperdicios es insoportable. Están abandonadas", ha detallado. No obstante, quedan algunas junto a ciertos museos pero muchas se han utilizado como piezas de arte y coleccionismo.
Las cabinas y el cine
Parece que tenemos que empezar a imaginar un mundo sin cabinas de teléfono. No solo en la vida cotidiana sino también a lo largo de la historia del cine, las cabinas de teléfono han sido un elemento socorrido y esencial, como refleja una de las más recientes, "Última llamada", con Collin Farrel (tres cuartas partes del rodaje se desarrollaban en una cabina).
Otro claro ejemplo podría ser la saga de "Superman", ya que el héroe utilizaba las cabinas para poder cambiarse de ropa a toda velocidad y pasar de Clark Kent a superhéroe en un abrir y cerrar de ojos.
En España, el mejor ejemplo es la película "La cabina", dirigida por Antonio Mercero. Éste ha opinado en La Ventana, con Gemma Nierga, que "las cabinas van perdiendo importancia, desgraciadamente". La idea de introducir en una cabina a Jose Luis López Vázquez "fue mía y de Garci", ha explicado.
Como anécdota de este filme ha reconocido que a pesar de la complejidad aparente "Fue un rodaje rápido, de tan solo dos semanas de duración".