Guerra por el paraíso
Nicaragua y Colombia, enfrentados por el archipiélago de San Andrés

En la imagen puede apreciarse la preciosidad de las islas del archipiélago de San Andrés

Dos países, Nicaragua y Colombia, se encuentran enfrentados por un territorio: el archipiélago de San Andrés. Un paraje de ensueño que pertenece a Colombia, pero que Nicaragua reclama por proximidad geográfica.
El caso ha llegado a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya (Holanda), hasta donde Nicaragua trasladó la disputa entre ambos países por su frontera en el mar Caribe. La Haya se declaró competente para conocer la demanda y ha reconocido que el tratado Barcenas-Esguerra de 1928 ya marcó la soberanía de Colombia sobre tres islas del archipiélago de San Andrés.
De esta forma, debería cesar el conflicto surgido entre ambos países, que llevó al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, a llamar a su ejército a prepararse ante un eventual conflicto armado con Colombia. La respuesta del presidente de Colombia no se hizo esperar y Álvaro Uribe advirtió de que su país respondería ante un posible ataque.
No ha habido movilización militar
Sin embargo, la Armada Nacional no había recibido ninguna orden del Gobierno colombiano para realizar operaciones estratégicas en la isla de San Andrés, como respuesta a las declaraciones del Presidente de Nicaragua.
El Comandante de Infantería de Marina de la Armada, general Fernando Ortiz Polanco, enfatizó que las operaciones en la zona se mantenían en medio de la mayor normalidad: "Las labores de soberanía se realizan hace varios años no solamente en San Andrés sino en todos los cayos de la zona".
Acatarán la decisión
En principio, desde Nicaragua deberían acatar la decisión de La Haya, teniendo en cuenta que miembros de la Comisión Exterior del Congreso de Nicaragua expresaron su deseo de que el Gobierno colombiano reconociera la competencia de la Corte Internacional de Justicia para solucionar la disputa. Así lo expresaba Agustín Jarquín en Radio Caracol antes de conocerse la resolución: "Es positivo que las diferencias que existen sean dirimidas por la vía pacífica y por el diálogo; además, la propuesta debe ser acogida por el presidente Uribe, porque eso va a relucir en el mayor orden internacional".




