Un osito salvado de su madre será el Knut de Nuremberg
El zoo de la ciudad alemana decide alimentar con biberón a un osezno ante la incapacidad de su madre para hacerse cargo de él
El zoo de la ciudad alemana decide alimentar con biberón a un osezno ante la incapacidad de su madre para hacerse cargo de él (ya que al parecer devoró a sus otros dos cachorros)(Reuters)
Berlín
El zoológico de la ciudad alemana de Nuremberg ha decidido hoy separar a un osezno polar de su madre, Vera, y criarlo con biberón, como hicieron en Berlín con la que ya es su estrella, el oso Knut, ante el "estado de nervios" en que se encuentra Vera después de que ayer murieran las dos crías de otra osa de ese parque, Wilma, que, al parecer, las devoró. Organizaciones ecologistas han acusado al zoo de negligencia e irresponsabilidad, ya que, en su opinión, podría haberse salvado la vida de los oseznos separándolos de su madre y alimentándolos con biberón.
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El director del parque, Dag Encke, ha explicado que la cría de Vera se encuentra "en perfecto estado de salud y muy bien alimentada" y que se ha separado al osezno de su madre al mostrar ésta evidentes muestras de nerviosismo.
La dirección del centro ha sido duramente criticada por "dejar que la naturaleza siguiera su curso" en el caso de las crías de Wilma que, según el director del zoo, Wilma sí se ocupaba de ellas y las cuidó "de forma ejemplar hasta el final". Hasta ahora no se han encontrado sus restos, lo que ha llevado a los responsables del parque a pensar que fueron devoradas por ella misma, como es habitual entre los depredadores cuando las crías enferman o las circunstancias ambientales hacen inviable la crianza, ha dicho Dag Encke.
El oso polar Knut, estrella del zoológico berlinés, fue criado con biberón durante cuatro meses por uno de sus cuidadores, después de que su madre se desentendiera tanto de él como de su hermano enfermo, que falleció.
El zoo de Berlín batió en 2007 su récord de visitantes, con 3,18 millones de personas, un 21,3% más que el año anterior. Knut, abanderado de las especies en vías de extinción a causa del cambio climático, provocó colas kilométricas durante meses a las puertas y en el interior del parque, cuyos ingresos por la venta de entradas superaron el año pasado los cuatro millones de euros.
