Un ministro alemán se rebela contra la finlandesa Nokia
Horst Seehofer cambia de móvil por el cierre de una fábrica de la compañía tecnológica en Alemania
La creciente tendencia de deslocalizaciones de empresas desde la zona euro al Este o a los países emergentes ha generado las más singulares formas de protesta. Huelgas, manifestaciones o llamamientos al boicot por parte de los consumidores han sido las iniciativas más habituales en este sentido aunque, el ministro alemán de Consumo, Agricultura y Pesca, Horst Seehofer, ha dado hoy un paso más al cambiar públicamente de móvil en solidaridad con los trabajadores afectados por la decisión de Nokia de cerrar la planta que gestiona en la ciudad germana de Bochum. La iniciativa, que será secundada por sus compañeros de ministerio, también ha recibido el apoyo de varios diputados.
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"Lo he hecho porque no me gusta la manera en que se están haciendo las cosas" por parte de Nokia, ha afirmado Seehofer, durante la apertura al público de la Semana Verde, la mayor feria agroalimentaria del mundo.
El político socialcristiano bávaro (CSU) ha subrayado su intención de utilizar a partir de ahora un aparato de telefonía móvil de otro fabricante, y ha confirmado que su Ministerio estudia la posibilidad de ordenar el cambio de todos los móviles oficiales.
Al boicot a Nokia se ha sumado también el jefe del grupo parlamentario socialdemócrata (SPD) en el Bundestag (parlamento alemán), Peter Struck, y no se descarta que otros políticos germanos tomen la misma decisión, en solidaridad por los trabajadores de Bochum.
El Gobierno alemán anunció ayer que se reunirá con directivos de la compañía finlandesa de telecomunicaciones, para hablar sobre las condiciones del cierre de la fábrica de teléfonos móviles de Bochum (oeste de Alemania).
Según ha informado el secretario de Estado de Economía, Hartmut Schauerte, se ha acordado celebrar una reunión en Berlín, que tendrá lugar "en breve" y sin plantear condiciones previas.
En la citada reunión, participarán representantes del Gobierno, la ministra de Economía del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en el que se ubica la fábrica, Christa Thoben y "altos ejecutivos de Nokia".
En total, la clausura de la fábrica supondrá el despido de 2.300 personas, y pondrá en peligro otros 1.000 empleos en compañías abastecedoras. Nokia traspasará la producción a otras fábricas en Europa que son más competitivas porque tienen costes de producción más baratos, como en Rumanía (Cluj) o Hungría (Komárom), mientras que llevará a su planta de Salo (Finlandia) la fabricación de los aparatos más avanzados.




