Obama, favorito en las primarias de Carolina Sur
Obama ganó por sorpresa en Iowa, pero posteriormente fue derrotado en Nuevo Hampshire y Nevada por la senadora Hillary Clinton
Las primarias demócratas de Carolina del Sur suponen hoy el primer test a la minoría afroamericana del país, y una nueva oportunidad para que el senador de color Barack Obama se reponga de sus últimas derrotas frente a Hillary Clinton. Si bien la población negra no supera el 30 por ciento en este estado sureño, entre los votantes demócratas es superior al 50 por ciento, lo que ha convertido a este colectivo en el principal objetivo de los tres aspirantes presidenciales.
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Las encuestas apuntan como favorito al senador de Illinois, Barack Obama, quien al principio de la campaña ganó por sorpresa en Iowa, pero posteriormente fue derrotado en Nuevo Hampshire y Nevada por la senadora Hillary Clinton. Un fracaso en este estado sería un serio revés para Obama de cara al "supermartes" del 5 de febrero, en el que más de 20 estados acuden a votar y en el que hay en juego más de la mitad de los delegados que deben proclamar un candidato en la Convención Demócrata de finales de agosto.
Según la encuesta elaborada en las últimas 48 horas por Zogby para Reuters y C-Span, Obama obtendrá en Carolina del Sur un 15 por ciento más de votos que la ex primera dama. El senador John Edwards se coloca en tercer lugar con el 19 por ciento de los votos, cifra que ha crecido en los últimos días debido al esfuerzo económico y personal que ha invertido en el estado en el que nació.
Para Edwards, quien no ha ganado hasta ahora en ningún estado, obtener una buena posición en Carolina del Sur podría ser vital para mantenerse con vigor en esta campaña y crear expectativas de triunfo en otros estados sureños. Edwards ya ganó en este estado hace cuatro años, con un 45 por ciento de los votos frente a su oponente, John Kerry, quien obtuvo un 30 por ciento.
Se endurencen los debates
Con tanto en juego, es normal que la batalla entre los demócratas haya derivado en los últimos días a un nivel de virulencia verbal y radicalización que no se había visto hasta ahora en la campaña. Tras un duro debate en televisión el pasado lunes, Hillary Clinton decidió, en un intento de minimizar su posible derrota en Carolina del Sur, viajar a otros estados con más posibilidades, y dejar a su marido plantando cara a Barack Obama.
Fue Bill Clinton, y no Hillary, en el que se enzarzó con Obama en un cruce de acusaciones sobre su historial de la defensa de los derechos civiles y el apoyo a la comunidad afroamericana.
El resultado ha sido una enorme polarización racial entre los votantes de Carolina del Sur, que derivará, según se espera, en una de las mayores participaciones de votantes en la historia del estado. En los últimos días, Obama se ha quejado sobre la agresividad de Bill Clinton, alegando que no sabía contra cuál de los dos Clinton estaba compitiendo.