Stallone: "Mi película es violenta porque la guerra es violenta"
El actor y director presenta en Madrid ''John Rambo'', el regreso del héroe a la gran pantalla 20 años después
Rambo está en España. Sylvester Stallone visitó hoy nuestro país para presentar ''John Rambo'', el regreso a la gran pantalla de uno de los héroes de acción más legendarios de la historia del cine tras veinte años de inactividad. Un retorno marcado por la violencia y la brutalidad que la película que Stallone dirige, produce y protagoniza destila por los cuatro costados. Una violencia que solo es producto, según Stallone, de la "honestidad" de la que ha querido dotar a la última aventura del héroe, ambientada en la cruenta guerra civil de Birmania, y que él mismo define como una "lucha contra el infierno en la tierra". "Mi película es violenta porque la guerra es violenta y el mundo es violento", se justificó el cineasta estadounidense.
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Durante la presentación del film -que se estrenará el próximo viernes- en el Estadio Santiago Bernabéu, Stallone aseguró que no le da "miedo" que le tachen de violento porque lo que quería es "contar lo que es la guerra, plasmar la realidad brutal de una guerra civil" como la que se vive desde hace muchos años en Birmania.
"Es brutal pero hay que mostrar esta realidad. Mientras estamos haciendo esta rueda de prensa hay decenas de jóvenes que están muriendo", afirmó el actor y director que negó que esta sobredosis de sangre y violencia que hacen de ''John Rambo'' la más sangrienta de la sala sea un recurso para atraer más gente a los cines. "Si esta va a ser la última película de Rambo, quería ser honesto", asegura Stallone que señala que podía haber ganado "más dinero" con una película más ''light'', como los otros ''Rambos'' que calificó de más ''hollywoodienses'', pero que esta brutalidad era necesaria "para mostrar la realidad". "Es violenta porque la guerra es violenta y el mundo es violento", insistió.
Pero en todo caso, demasiado violenta, o "realista" como su director prefiere decir, lo cierto es que a ''John Rambo'' no le va nada mal y en su regreso, 20 años después, se ha encaramado al segundo puesto de la taquilla estadounidense, con 18.1 millones de dólares, tan solo por detrás de ''Meet the Spartans'', una parodia de la exitosa ''300''. Un éxito que Stallone explica porque en Estados Unidos hay "toda una generación que no sabe quién es Rambo" pero sí han oído hablar mucho de él y quiere verlo de cerca como si de una atracción de circo se tratara. Algo que se suma a que, a su juicio, ''John Rambo'' es una película dura y sin concesiones frente a las superproducciones actuales que son "cada vez más dóciles y menos emocionales".
"Tengo que seguir siendo quien soy"
Un éxito de taquilla que repite así lo que consiguió hace un año con la resurrección de su otro gran personaje, ''Rocky Balboa'', y es que a Stallone parece no importarle mucho estar siempre ligado a esta imagen de héroe de acción. "Tengo que seguir siendo quien soy", afirma en un tono algo resignado Stallone que también recordó que ya intentó hacer algo distinto con ''CopLand'' (1997) y no fue muy entendido ni por la crítica ni por el público.
En su vuelta a la acción, Rambo abandona a regañadientes su retiro para rescatar a un grupo de misioneros católicos que se habían adentrado en Birmania para abastecer de medicinas a los aldeanos oprimidos y exterminados por el despiadado ejército birmano. Una aventura que el propio Stallone define como "una lucha entre el cielo y el infierno en la tierra" y que para llevar a la gran pantalla le exigió un gran trabajo de documentación durante el que leyó muchos libros que le mostraban una realidad contra la que se revelaba. "Tiraba los libros por los aires y en casa decían: ''no hables con papá que está cabreado''", confesó.
Interrogado sobre, al final de cuentas, su película no viene a ser un canto de que solo con al violencia se puede combatir la violencia, el director y actor recordó una escena, que fue eliminada en el montaje final, en la que Rambo decía, entre otras cosas, que en países como Birmania "la paz es un accidente y la guerra es una realidad" y, preguntado sobre sí Dios podría cambiar esto respondía "no lo sé". "¿Dios puede arreglar todo esto?, pues mi respuesta también es no lo sé", sentenció.
