La elegancia de la F-1, a prueba en Cibeles
El diseñador valenciano Francis Montesinos ha abierto la segunda jornada de Pasarela con un homenaje a las carreras de coches
Mujeres con sedas y volantes al viento. Es la elegancia que la F-1 concede a la figura de la mujer sobre el escenario. Es la propuesta del diseñador valenciano Francis Montesinos, encargado de abrir la segunda jornada de la cita madrileña con la moda. El automovilismo se sale del guión de belleza preestablecido, al que se unirán las reivindicaciones contra la falta de conciencia o el cambio climático, de Devota & Lomba y la puesta en escena de un impredecible David Delfín, así como de los diseñadores Roberto Torretta, Miriam Ocariz y Miguel Palacio, que completan el día.
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Azul eléctrico, el rojo y el amarillo, leggins con un estampado de coches, banderines y fuego, cremalleras y hebillas. Han sido las propuestas de Montesinos, que presentaba su colección de invierno 2008. El punto, uno de los tejidos fetiches del valenciano, aparece en su nueva colección con rayas horizontales y verticales, a través de amplios abrigos, grandes chaquetas, chalecos de cuello alto y larguísimas bufandas, en gris y rosa salmón, azul y morado, gris y burdeos, rojo y negro o en blanco y negro.
El cuerpo de mujer, soporte perfecto para moda inspirada en el automovilismo, lo es también para todo tipo de reivindicaciones. Contra el cambio climático, el desconcertante futuro, la falta de conciencia y adaptación generalizada. Es lo que plantea Debota & Lomba. Una mirada irónica del presente, de tiempo acelerado, refugiado en emociones robóticas, tecnología punta y nostalgias de androides.
De Montesinos a Delfín
La robótica dejará paso a la luz y las sombras de David Delfín. El joven diseñador no se ha mantenido ajeno a otras disciplinas y ha sido el director de arte en una de las canciones incluídas en Papito, el último trabajo de Miguel Bosé. Cinco años después de estrenarse en Cibeles, la expectación por sus diseños ha ido en aumento y será uno de los platos fuertes de la jornada.
Roberto Torretta será el encargado de introducir a la Pasarela en los 70, en el Glam rock sofisticado con un aire british y pinceladas militares. Pretende evocar una mujer moderna, pero sofisticada, donde la elegancia y el estilo más duro van de la mano. Torretta estiliza al límite la figura de la mujer, subiendo los talles de pantalones y faldas, en contraste con volúmenes.
Los diseños tweed, pata de gallo, así como los matices en gris llegarán con Miriam Ocariz. Combina encaje con franela, detalles brillantes con pespuntes y el punto con la gasa. De la fragilidad de su imagen, Cibeles se despedirá con la rigidez de Miguel Palacio. Sus tejidos rígidos componen siluetas de trazo definido y estático. "Siempre se ansía lo que es negado", es la idea que envuelve a su colección. En lo inaccesible, la belleza alcanza la expresión superlativa, según los argumentos del diseñador.
