España lídera las estadísticas de consumo de hachís y cocaína
Un informe de la ONU alerta del aumento de consumo de cocaína, que se ha duplicado entre los adultos y cuadruplicado entre los adolescentes
España tiene los índices más elevados de consumo de hachís y cocaína en Europa y es uno de los dos únicos países del occidente del continente donde aumentó la incautación de heroína. Así consta en el informe anual presentado hoy por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), el órgano de Naciones Unidas con sede en Viena encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas.
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En especial, se destaca el aumento en España del consumo de cocaína, que en los últimos años se ha duplicado entre la población en general y se ha cuadruplicado entre los adolescentes. En España las prevalencia anual de la cocaína pasó del 1,8 por ciento en 1995 al 3 por ciento en 2005, mientras que entre los adolescentes pasó del 1,8 al 7,2 por ciento en el mismo periodo.
Ante ello, la JIFE destaca la puesta en marcha de "un plan de acción encaminado a abordar el aumento del abuso de cocaína en España y alienta a otros Estados de Europa en que se registra una prevalencia elevada a que adopten medidas análogas". España sigue siendo el país de Europa donde más cocaína se incauta y en 2006 la cantidad confiscada alcanzó las 49,6 toneladas, un 2,56 por ciento más que el año anterior.
Se estabiliza el consumo de hachís
En el caso del hachís, al contrario que con la cocaína, el consumo se ha estabilizado al establecerse "entre 2003 (11,3 por ciento) y 2005 (11,2 por ciento)" de prevalencia anual entre jóvenes y adultos. España sigue siendo el país donde más resina de hachís se decomisa del mundo, aunque "disminuyó un 31 por ciento entre 2005 y 2006 (de 669 toneladas a 459 toneladas)".
Con respecto a la heroína, España es junto con Alemania uno de los dos únicos países europeos donde aumentó la incautación de esa droga, hasta los 471 kilos en 2006, un 170 por ciento más que en 2005.
La JIFE vuelve a criticar, sin nombrar a España, el uso de las llamadas "narcosalas", por contravenir los tratados de fiscalización internacional de drogas, pues permiten a los toxicómanos "abusar con impunidad" de sustancias compradas en el mercado ilegal.




