El vicepresidente de EEUU repite que la invasión de Irak fue una "empresa exitosa"

El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, aseguró en Bagdad que la invasión estadounidense a Irak del 2003 fue una "empresa exitosa". En una conferencia de prensa tras una visita a la capital iraquí, el arquitecto de la invasión afirmó que "si uno mira atrás a esos cinco años, ha sido una empresa difícil, desafiante pero no obstante exitosa (...) y bien ha valido el esfuerzo".

La guerra de Irak es un tema importante en la campaña presidencial estadounidense. Al entrar en su sexto año, la guerra ha costado 500.000 millones de dólares a la economía de Estados Unidos y ha dejado cerca de 4.000 soldados estadounidense.

Pero peor es aún la cifra de bajas civiles desde la invasión. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad de Irak, han muerto 151.000 personas entre marzo de 2003 y junio de 2006. Hasta fin de 2007, la organización Iraq Body Count habla de más de 47.000 muertos y de más de 600.000 muertes investigadores estadounidenses en la publicación médica Lancet.

"Cambios fenomenales"

Poco después de que Cheney hablase, una mujer con un chaleco de explosivos se inmoló en un café en la ciudad santa chií de Kerbala, en el sur del país, causando la muerte de 27 personas y heridas a otras 47, dijeron la policía y autoridades sanitarias. Bombas en Bagdad dejaron cuatro víctimas fatales y 13 heridos.

Cheney llegó a Irak mientras el candidato republicano, John McCain, se reunía con líderes iraquíes como parte de una misión investigadora del Comité de Servicios Armados del Senado. "Estuve por última vez en Bagdad hace 10 meses y percibo, como resultado del progreso que se ha hecho desde entonces, cambios fenomenales en la situación general", dijo Cheney tras reunirse con el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki.

El vicepresidente de EEUU agregó que había habido un "giro destacado" en la seguridad, después de que el año pasado se enviaran a Irak 30.000 soldados adicionales para ayudar a reducir la violencia sectaria que amenazó con una guerra civil.