China detiene a 13 activistas que participaron en las primeras protestas en Tíbet
Al parecer los arrestados "gritaron consignas reaccionarias" e incitaron a la multitud a rebelarse con banderas de leones de montaña
Las autoridades tibetanas han arrestado a 13 personas que participaron el pasado 10 de marzo en una manifestación en Lhasa con pancartas "reaccionarias", según informa este martes el diario Tibet Daily, que no aclara si los arrestados son monjes budistas.
El rotativo asegura que los 13 detenidos se encontraban entre la multitud que se manifestaba cerca de uno de los principales monasterios budistas días antes de los disturbios desatados en Lhasa, la capital de Tíbet, el pasado 14 de marzo, que se han extendido a otras zonas y han causado la muerte de al menos 19 personas.
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El reportaje explica que los arrestados "gritaron consignas reaccionarias" e incitaron a la multitud a rebelarse con banderas de leones de montaña, uno de los símbolos utilizados por los activistas a favor de la independencia de Tíbet.
Pekín denuncia la muerte de un policía
El último episodio de violencia conocido en Tíbet se refiere a la muerte de un agente de la policía armada china en la prefectura de Garze de la provincia de Sichuan, al este del Tíbet. Las autoridades de Pekín denuncian hoy, a través de la agencia de información estatal Xinhua, que un policía falleció ayer y varios resultaron heridos en el ataque a un cuartel de la policía armada en una zona de etnia tibetana en el oeste de China.
Según la información de Xinhua, los atacantes utilizaron cuchillos y piedras contra la policía, que "se vio forzada a dispersar a los gamberros", aseguró uno de los efectivos policiales. El policía muerto es Wang Guochan, nativo de la misma provincia, La agencia oficial también ha informado hoy de la "rendición" de 381 personas que protagonizaron otra revuelta en el distrito de Aba, en la misma provincia de Sichuan, el pasado 16 de marzo.
La policía de esa localidad, también habitada en su mayoría por tibetanos, había dado un ultimátum a los manifestantes, a los que ordenó que se entregaran en el plazo de 10 días.
Los amotinados atacaron, según la prensa china, oficinas gubernamentales, comisarías, hospitales, escuelas y bancos, al grito de "independencia para el Tíbet" y llevando banderas del Gobierno de Tíbet en el exilio.