Acusan a Lidl de espiar con cámaras a sus empleados alemanes
La cadena de supermercados recaba información sobre la frecuencia con la que los trabajadores van al servicio o las relaciones amorosas entre ellos
La cadena alemana de supermercados Lidl, con filiales en varios países europeos, entre ellos España, espía sistemáticamente a sus empleados, según ha denunciado el semanario germano Stern. Un equipo de detectives instalan entre cinco y diez cámaras miniatura antes de la llegada de los trabajadores y en presencia del director de la filial. Justifican la medida para detectar posibles robos de los clientes, pero lo cierto es que las cámaras vigilan minuciosamente a los empleados y permiten conocer las relaciones amorosas entre ellos o emitir valoraciones de carácter como "introvertida y de aspecto ingenuo".
En declaraciones al mismo semanario, la portavoz de Lidl Petra Tabert no ha negado la existencia de estos protocolos, pero afirma que "no tienen como fin espiar a los empleados, sino detectar posibles comportamientos erróneos".
El responsable estatal de la protección de datos, Peter Schaar, ha expresado en la revista su total rechazo a las prácticas de Lidl. Schaar ha considerado el control de las visitas de cada trabajador al servicio un grave atentado contra la intimidad y ha dado por sentado que las autoridades intervendrán en el caso. Igualmente sorprendido por las revelaciones de Stern se muestra el dirigente del sindicato de servicios Ver.di Achim Neumann, quien ha subrayado que "esta dimensión me es completamente nueva".
Los expertos consultados por la revista coinciden en destacar que las prácticas de espionaje de Lidl contra sus empleados atentan claramente contra el artículo segundo de la Constitución alemana que se refiere al libre desarrollo de la personalidad.
La mayoría de los informes internos de Lidl en poder de la revista proceden de filiales en el estado federado de la Baja Sajonia y, en menor medida, de Renania-Palatinado, Berlín y Schleswig-Holstein.




