Escudos humanos en Bagdad
Cinco años después de la muerte de José Couso, un grupo de españoles recuerda cómo vivió en la capital iraquí la guerra y la ocupación
Cinco años después de su caída, Bagdad y el resto de Irak siguen sufriendo una sitiación precaria, tal y como ayer mismo reconoció el mando militar estadounidense. Durante ese tiempo de guerra en Bagdad un grupo de españoles, dirigido por el profesor de la Autónoma de Madrid Carlos Barea, actuaron como escudos humanos.
Este grupo, que se autodenominaba 'brigadas contra la guerra', quería documentar sobre el terreno, con la visita a hospitales y verificando los ataques a la población civil, cómo era la vidad de la capital de Irak en sus últimos días de guerra y los primeros de la ocupación.
Más información
Llegaron en marzo y estuvieron hasta final de la guerra, hasta el 14 de abril, pasando por momentos de seria incertidumbre. De hecho, un mensaje de Estados Unidos les incluía como posibles objetivos, con lo que acudieron al Gobierno español para gestionar su salida de Irak. Sin embargo, no fueron atendidos correctamente por la administración de José María Aznar, aliado de Bush en la guerra de Irak, con lo que finalmente ellos mismos tuvieron que hacer los trámites para salir del país a través de Jordania.
El profesor Barea tiene clara la imagen de ese día 8, el día que los soldados estadounidenses mataron al cámara español José Couso. "Recuerdo que el día 8 la margen izquierda del Tigris no estaba ocupada, fue la mañana que asesinaron a José Couso". Al día siguiente, esta brigada contra la guerra se refugió en los sótanos del hotel en el que estaban alojados por seguridad.
Más de cuatro millones de desplazados
Bagdad es la ciudad irakí más castigada por la guerra. Aunque las cifras son difíciles de concretar, Bagdad concentra la mayoría de desplazados, que suman entre 4 y 5 millones.
También allí se han producido la mayoría de las muertes de civiles que oscilan entre los 80.000 y los más de 100.000. Igual ocurre con los 4.000 militares americanos fallecidos, la mayor parte de los cuales murieron en la capital.