Bermejo: "Mi gran tren perdido fue el del fútbol"

Mariano Fernández Bermejo, el actual ministro de Justicia, ha pasado por los micrófonos de 'A Vivir que son dos días' para hablar de los trenes de su vida. Bermejo ha confesado cómo antes del camino judicial flirteo con el mundo de la música y del fútbol. Finalmente, se decantó por las oposiciones de Justicia.

Bermejo todavía recuerda el recibimiento recibido cuando llegó al Parlamento. "Fue una acogida desde luego muy ruidosa", asegura. Y cuenta cómo le dio "las gracias a los diputados". "Era lo mínimo que podía hacer", dice.

El actual ministro de Justicia asegura que ya desde los ocho o nueve años ejercía como "abogado de las causas pobres". "Estudiaba en un colegio con 130 alumnos y 100 de ellos internos. Se mantenía una disciplina propia de los 50. Mi abuela siempre me decía que a mí quién me mandaba meterme a abogado de pleitos pobres".

Los casos como el de Mari Luz "muy frustrantes"

El máximo responsable de la Justicia en nuestro país ha explicado sus sentimientos ante un caso como el de la pequeña Mari Luz Cortés, asesinada en Huelva: "Es muy frustrante que se puedan dar tantos fallos, tan contundentes, tan en cadena. El sentimiento de frustración es total y la sensación de tener que reaccionar para que no se vuelva a repetir".

El ministro ha señalado que la Justicia española necesita un cambio de actitud: "Episodios como éste ayudan a ver la necesidad de cambiar. Hay que tener el convencimiento de que las cosas no pueden seguir produciéndose así, hay que acometer un profundo cambio de actitud".

El tren de la Justicia "no fue el más importante"

Bermejo ha asegurado que el tren de la Justicia "no fue el más importante" que cogió. Y relata cómo en esa época impartir justicia "era difícil": "Es el último tramo entre la sociedad gobernada y quien ejerce el Gobierno. Sólo así se entiende que las directrices que rodean al poder intenten controlar a toda costa la calle. No sólo acabó con la muerte de una persona en la cárcel por tortura o el periodista que sangró por un riñón en las torturas lo que evitó que muriera porque tuvo que ir al hospital".

Esposado con las manos a la espalda

Y recuerda especialmente un caso en el que la policía sostenía que un preso estando esposado en un coche logró escapar y se mató por su propia locura: "Nunca lo olvidaré. Fue una investigación durísima, pero con un juez honesto y serio, impecable. En ocho días se desmontó la versión oficial. Yo ejercí como detenido esposado con las manos en la espalda y en la subida rápida a una rampa había que intentar hacer lo que dicen que ese hombre hizo. Intentar incorporarse con las manos a la espalda, intentar abrir el seguro, abrir la puerta, saltar? lo intenté tres veces, pero no era viable".

Y guarda una anécdota curiosa de ese episodio: "La tercera vez que intentó abrir aquella puerta lo consigo, pero con el coche parado, y caigo, esposado. Entonces me ve un abogado que me conocía. Me ve así y me dice: "¡Mariano!". Y lo digo: Tranquilo, aún no".

Entre el fútbol y la música

Bermejo desvela que jugó en los juveniles del Atlético de Madrid a principios de los 60. Pero también estaba en un grupo de música, otra de sus grandes pasiones. Al final, tiró por la calle del medio y se centró en sus oposiciones de Justicia: "El tren del fútbol fue mi tren, el que no pude coger. El fútbol ha sido desde luego mi pasión y aún me hace mover el pie cuando voy al campo y veo un balón dividido. Voy al Bernabéu. Soy blanco con rayas rojiblancas en el fondo. El presidente del Gobierno es del Barça, pero nadie es perfecto. Fui juvenil del Atlético a principios de los 60, año 63. Cuando empezó la música tuve dudas y estuve a caballo entre los campos de fútbol, en el Deportivo Arenas, y las salas de música. Me ofrecieron un contrato en Tercera con el Toledo, pero tuve que decidir porque estaba comenzando mis oposiciones".