Fritzl reconoce que quemó en el horno a uno de los siete niños que tuvo con su hija
Josef Fritzl el hombre que encerró a su hija durante 24 años y con la que tuvo siete hijos ha confesado los abusos contra su hija
La historia de Josef Fritzl sigue conmocionando a la opinión pública a medida que se sucede la información acerca del secuestro de su propia hija durante 24 años. En una confesión a la policía esta mañana, Fritzl ha confesado que de los siete hijos que tuvo, uno murió y se deshizo del cadáver incinerándolo en un horno.
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Ha sido la hija de Fritzl, Elizabeth, la que ha confesado que el cuerpo del niño que murió a los tres días de nacer, se quemó en un horno. Fritzl, acusado de haber encerrado en un sótano en la ciudad austríaca de Amstetten a su hija Elisabeth durante 24 años, haberla violado sistemáticamente y haber tenido con ella siete hijos, ha confesado hoy esos delitos ante la policía.
Peter Ficenc, responsable de la Fiscalía del estado federado de Baja Austria en Sankt Pölten, confirmó en declaraciones telefónicas que el acusado "ha hecho una confesión exhaustiva".
"Básicamente está confesando (su culpabilidad), aunque en los detalles difiere" de la versión manejada hasta ahora por las autoridades, informó el inspector jefe Leopold Etz, de la Oficina contra el Crimen de Baja Austria, a la agencia APA.
Según reveló a la prensa Gerhard Sedlacek, portavoz de la Fiscalía de Sankt Pölten (capital del Estado federado de Baja Austria, donde se encuentra Amstetten), el detenido se encontraba en una comisaría de Policía, pero iba a ser trasladado hoy mismo al Tribunal Regional para declarar ante un Juez de lo Penal. Mientras, un equipo de 14 especialistas continuaba la búsqueda y los análisis de huellas en el "calabozo" subterráneo de varias habitaciones donde Elisabeth y tres de sus hijos han vivido.
Polzer reconoció que quedan aún muchas cuestiones por aclarar, como, por ejemplo, la forma en que Fritzl atendía a su hija y a sus nietos-hijos con comida y vestimenta, o cómo fueron los siete partos de Elisabeth. Advirtió que las autoridades están "sólo al comienzo" de las investigaciones y que queda aún mucho por hacer.
Tres de los hijos nunca vieron la luz del sol
Tres de los hijos que vivían en el zulo con su madre no llegaron a ver la luz del día hasta ayer, momento en que fueron liberados. A pesar de ello, las autoridades se han sorprendido del buen estado físico de los jóvenes, dadas las circunstancias. Salvo la chica de diecinueve años, que se encuentra enferma. La hija del abusador y madre de los niños, por su parte, reflejaba en su rostro envejecido la penuria que ha sufrido durante estos últimos 24 años.
La mujer de Fritzl no sospechó nada
Opinó que el pensionista detenido era un hombre "vital y activo", y que resulta un misterio cómo pudo soportar durante tanto tiempo la carga de mantener una doble vida sin que nadie a su alrededor lo notara, ni siquiera su mujer, Rosemarie, madre de Elisabeth.
Según Polzer, el sótano que se convirtió en el "calabozo" de Elisabeth y tres de sus hijos tenía un tamaño total de "entre 50 y 60 metros cuadrados".
De acuerdo con la versión manejada hasta ahora por la policía, Elisabeth tuvo siete hijos, aparentemente todos de su propio padre, que nacieron en el sótano, de los cuales uno murió poco después del parto, tres vivieron en la casa del matrimonio Fritzl y otros tres permanecieron encerrados hasta hace pocos días.
Es uno de los casos más graves de abuso y probable incesto conocidos en la historia criminal de la república alpina, cuya población ha reaccionado conmocionada e indignada, cuando han pasado menos de dos años de la liberación de Natascha Kampusch, una joven de 19 años que estuvo encerrada durante ocho en un sótano cerca de Viena.