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La Filarmónica de Berlín sigue en pie tras sufrir un aparatoso incendio

Fue necesario un despliegue de efectivos de extinción a gran escala, con alrededor de 179 bomberos desplazados y 30 vehículos en escena

170 bomberos intentan controlar el incendio de la Filarmónica de Berlín, pero los daños serán cuantiosos

170 bomberos intentan controlar el incendio de la Filarmónica de Berlín, pero los daños serán cuantiosos

La Filarmónica de Berlín está fuera de peligro tras el aparatoso incendio que hoy se declaró en la parte alta del edificio y contra el que lucharon para sofocarlo más de 170 bomberos con ayuda de treinta camiones cisternas.

La columna de humo de casi treinta metros que llegó a provocar el incendio, visible a una distancia de varios kilómetros, remitió tras seis horas de trabajo, pero Jens-Peter Wilke, del cuerpo de Bomberos, precisó que la labor de extinción podría extenderse hasta mañana.

Todos los conciertos previstos para los próximos días han sido suspendidos por la dirección de la Filarmónica hasta nuevo aviso.

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Wilke declaró que la estructura del edificio, uno de los más emblemáticos de la ciudad, no estuvo en ningún momento en peligro por lo que los daños, aunque cuantiosos, no son irreparables.

Tampoco corre peligro el auditorio principal, uno de los más hermosos y con mejor acústica del mundo.

"Vamos a salvar la Filarmónica", aseguró desde el primer instante Wilke, para quien la gran dificultad en la extinción del fuego fue el acceso a la bóveda del auditorio, una cámara de hormigón que esconde las estructuras de hierro sobre la que reposan el techo metálico del edificio y donde aparentemente se originó el siniestro.

El incendio se declaró hacia las dos y media de la tarde (12.30 GMT), aunque las causas del mismo no han sido establecidas aún y los expertos creen que el origen estuvo en los trabajos de soldadura y reparación que se realizan en una parte de la bóveda del edificio.

Algunos instrumentos no pudieron salvarse

La gran preocupación fueron los valiosos instrumentos, pues aunque muchos se llevaron al exterior o se encontraban en una cámara, lo más pesados -pianos y percusión- permanecieron en todo momento expuestos, no a las llamas, siempre en la parte superior, sino al agua y espuma vertidas por los bomberos.

El siniestro coincidió con los acordes finales de un concierto de cámara matinal al que asistían un centenar de personas y con los ensayos, en el auditorio principal, de la Orquesta Sinfónica de Baviera y de un Coro Juvenil bajo la dirección del ex director titular de la Filarmónica, Claudio Abbado.

Abbado tenía previsto dirigir este fin de semana tres conciertos, el número 4 para piano de Ludwing van Beetthoven, con Maurizio Pollini como solista; y el Te Deum, de Hector Berlioz.

Músicos, publico y trabajadores de la Filarmónica, unas 350 personas en esos momentos, fueron evacuadas con "serenidad" y "sin incidentes", según portavoces de la Filarmónica.

El edificio de la Filarmónica, diseñado por el arquitecto Hans Scharoun en 1956, se ha convertido en uno de los más emblemáticos y característicos de la ciudad aunque la acogida de los berlineses tras su construcción no fue precisamente entusiasta.

Ubicado en el corazón del Berlín reunificado, junto a Postdamer Platz y el Tiergarten, fue objeto de críticas por la excentricidad de formas y techos alados, un trazado inusual para la época que venció resistencias por albergar una excelente acústica.

La Filarmónica fue inaugurada en 1963 por Herbert von Karajan, de ahí que esta sala de conciertos, con forma de anfiteatro, fuera bautizada por los berlineses como "el circo de Karajan".

Dirigida en la actualidad por el británico Simon Rattle, por la sede de la Orquesta Filarmónica de Berlín han pasado los intérpretes, músicos y directores más prestigiosos del mundo, entre ellos Daniel Barenboim, Zubin Mehta o Kurt Masur.

Rattle no se encontraba en Berlín en estas dramáticas horas de la Filarmónica, pues según la intendente de la sala, Pamela Rosenberg, el maestro asiste a unos ensayos en la localidad francesa de Aix-en-Provence, donde este verano volverá a dirigir la tetralogía del Anillo del Nibelungo, de Richard Wagner.

El maestro, sin embargo, fue informado puntualmente del siniestro y del trabajo de extinción por la propia Rosenberg.

La bóveda donde presumiblemente se originó el incendio fue renovada en 1991 y 1992, lo que obligó a cerrar el auditorio al público durante medio año.

 
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