Un catalán se queja en la UE de la seguridad aeroportuaria
David Raya ha conseguido que la Unión Europea escuche sus quejas. Tiene diabetes y fibrosis quística y ha tenido problemas para viajar con los medicamentos básicos para tratarse
La Unión Europea escuchará a un catalán que protesta contra los controles en los aeropuertos. La norma vigente dificulta a David Raya viajar con la maleta de medicinas de la que no puede separarse. / VNEWS
Cuando a David Raya no le dejaron facturar las medicinas que necesita para sobrevivir en el aeropuerto de Berlín, decidió quejarse ante el Defensor del Pueblo de la Unión Europea, que le remitió a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. Allí le han concedido una vista de cinco minutos para que exponga su caso, que puede ser clave para acabar con algunas normas ridículas de la seguridad en los aeropuertos.
La seguridad del aeropuerto de Berlín estuvo a punto de dejar a David Raya sin sus medicamentos durante un vuelo hasta Barcelona. No fue hasta después de una hora de quejas que los vigilantes le permitieron subir al avión con unas medicinas básicas para poder sobrevivir.
"A la vista de cientos de personas, tuve que soportar el registro de mis medicinas y responder preguntas acerca de todas aquellas pastillas, aerosoles, insulinas, jeringuillas y sobre un compresor de aire que sirve para la medicación vaporizada", recuerda.
Al llegar a su casa se propuso conseguir que alguien se responsabilizara de la absurda situación que le había tocado vivir. Así, Raya, como otros ciudadanos que han tenido problemas en los controles de seguridad de los aeropuertos, ha tomado vías judiciales o administrativas. El decidió mandar sus quejas a la Unión Europea.
"El reglamento es del Parlamento Europeo, y por eso me centré en ellos". Su primer contacto fue con el Defensor del Pueblo de la Unión Europea, que le remitió a la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo. El pasado agosto, el presidente de la comisión, Macin Libick, le contestó contándole que aceptaban la queja e iniciaban su trámite, y que sería convocado para exponer sus motivos.
Raya es consciente que con su queja puede mejorar una norma que día a día molesta a cientos de usuarios en los aeropuertos. Y cuando recuerda su caso, se indigna: "No puede ser que en nombre de una presunta seguridad se juegue con las libertades de la gente".
Raya tendrá sólo cinco minutos para defender su postura, que espera que sean necesarios para conseguir una modificación de la normativa.




