China asegura haber liberado a más de un millar de tibetanos
El Gobierno chino cree que el paso de la antorcha olímpica por la capital de Tíbet ayudará a olvidar los graves disturbios de hace tres meses
Pekín
Las autoridades chinas han asegurado hoy haber liberado a 1.157 tibetanos detenidos que participaron en las protestas de marzo, dos días después de que Amnistía Internacional pidiera cuenta de ellos y coincidiendo con el paso de la antorcha olímpica por el Tíbet, ha informado la agencia oficial china, Xinhua.
Según el vicepresidente ejecutivo de la región autónoma china, Palma Trily, los tribunales tibetanos decidieron liberar a estos más de mil manifestantes por haber sido acusados de delitos menores, aunque 12 manifestantes fueron condenados por su implicación en las revueltas del 14 de marzo contra el poder chino.
El tribunal hizo pública la noticia a última hora de ayer, víspera del segundo paso de la antorcha olímpica por el Tíbet después de que el 8 de mayo culminara la cima del Everest por primera vez en la historia del olimpismo, lo que disparó las protestas de grupos tibetanos pro-independentistas en el exilio.
En total, 42 personas han recibido sentencias desde marzo por sus "actos en las revueltas", tales como incendios, robos y asaltos a órganos del estado, mientras que otros 116 manifestantes están a la espera de ser juzgados. Nada dijo el tribunal acerca de los condenados por la supuesta muerte de 20 civiles de la etnia Han (mayoritariamente china) a manos de lo que el gobierno considera manifestantes tibetanos violentos, un extremo que no ha podido ser contrastado porque Pekín mantiene cerrada la región a cal y canto.
Patriotismo para unos, provocación para otros
La llama ha llegado a la capital tibetana, Lhasa, con el convencimiento del Gobierno chino de que su paso ayudará a olvidar los disturbios que sacudieron la región los pasados meses de marzo y abril.
"Estamos convencidos de que el paso de la antorcha por Lhasa potenciará el espíritu patriota de la gente", ha asegurado el dirigente del Partido Comunista en Lhasa Qin Yizhi, quien ha añadido que también "quebrará los planes del equipo del Dalai Lama". El controvertido recorrido de la antorcha por las calles de la capital tibetana ha estado rodeado de un gran despliegue de seguridad. Las autoridades han acordonado la zona de paso y han vigilado atentamente cada movimiento de los ciudadanos que han acudido al evento.
Para muchos tibetanos en el exilio y grupos defensores de los derechos humanos, el paso de la antorcha recuerda la "insoportable" influencia de China sobre la región. "Esta decisión tan provocativa, con el consentimiento del Comité Olímpico Internacional (COI), podría agravar las tensiones y socavar el frágil proceso para encontrar una solución a largo plazo para el Tíbet", ha destacado el director ejecutivo de Derechos Humanos en China Sharon Hom.
No obstante, para muchos chinos, enfurecidos por los disturbios de hace tres meses y las protestas contra el mandato de China en Tíbet, el evento supone un momento de vindicación. "La antorcha es símbolo de China y Tíbet es una parte inseparable de ella", ha indicado Chen Tao, un estudiante chino. Para Baima Chilin, vicepresidente del Gobierno tibetano, el paso de la llama es símbolo de la unidad étnica presente en la región.




